Sobre pensadores "paisanos" a propósito de la revista Ñ
(y cartas de intercambio con Máximo Chaparro)
Un pequeño artículo escrito con la sola intención de hacer ver a una hija menor el manejo arbitrario que se hace de los medios culturales en orden a las ideas, logró despertar el interés de uno de los más significativos filósofos argentinos contemporáneos, con el cual intercambiamos cartas. Todo ello, sin querer, nos ha hecho poner sobre el tapete el tradicional tema de “la cuestión judía” desde una perspectiva filosófica.
Y decimos tradicional porque los filósofos y no los pseudofilósofos desde siempre se han planteado el tema. No hay tratadista medieval ni moderno que no lo haya plateado y resuelto a su manera. Sin ir más lejos filósofos tan distantes entre si como Sartre, Guardini y Marx, lo han hecho 1. Pero lo significativo es que después de la Segunda guerra mundial la quaestio iudaeorum dejó de ser tratada como por arte de magia, aun cuando es un asunto actual como lo son todos aquellos problemas que no han sido resueltos, y como tal constituye entonces una materia de vivo interés para el hombre de hoy.
Si bien la cuestión ha sido planteada en y desde diferentes planos: económico, social, político, étnico, antropológico y religioso. Entendemos que el meollo de la cuestión judía se encuentra en el campo teológico-filosófico y que sólo desde allí se puede dar una respuesta a la cuestión, por aquel apotegma de San Bernardo: “Ellos son los signos vivientes, quiéranlo o no, que nos recuerdan la Pasión del Salvador”.
Antes que nada queremos abrir el paraguas antes que llueva y afirmar que esto que vamos a escribir sobre pseudo filósofos "paisanos o rusos" como les solemos decir en Argentina, no va en contra de sus méritos sino que intenta buenamente relatar, o mejor, describir aquello que hacen ellos con sus esfuerzos intelectuales.
Nunca leo Clarín diario por aquello que me enseñara José Luis Torres, el fiscal de la Década Infame, al que llamaba el diario de la coima. Y así como la sede de la casa Radical se conoce como la casa de la coima, por el negociado de la Chade, de la misma manera Clarín tiene su partida de nacimiento en el negociado de las tierras públicas del Palomar donde medró sobre todo Noble, su no tan noble fundador y director.
Hoy cayó en mis manos la revista de cultura de Clarín "Ñ" en donde, prácticamente, en cada pagina escribe un "ruso" sea Rabinovich, Feindemberg, Fiterman, Schvartz, Kolesnicov, Tabarovsky, Manguel, para terminar en la contratapa con la propaganda de libros de Sergio Chejfec, Mauricio Rosencof y de la pariente de León Dujovne, aquel que en la facultad de filosofía peroró hasta su jubilación de su correligionario Baruch Spinoza.
A su vez, el corazón de la revista está dado por dos artículos de José Feinmann y León Rozitchner sobre filosofía y filósofos argentinos.
Y ¿qué dicen estos dos "paisanos"?. Feinnmann, además de hablar de él y de sus cursos de Página 12, cita a tres de sus correligionarios, Klimovsky, Güner y el propio Rozitchner. Mientras que León, a boca de jarro, viene a sostener que salvo él, no hay filósofos en Argentina. Y si cita alguno que no es "moische", es por la táctica del zorro en el monte, que con la cola borra sus huellas.
Como vemos por estos pequeños datos, no sólo la revista "Ñ" es intercambiable con la revista "Nueva Sión" de la comunidad en cuanto a la cantidad desmesurada y desproporcionada de escribas "paisanos", sino que lo peor es que para todos ellos no existen ni filósofos ni pensadores criollos.
Ahora bien, este bombardeo que profundiza el extrañamiento de nosotros sobre nosotros mismo se viene repitiendo, al menos en el Grupo Clarín, desde la época de su fundación.
Es sabido y nadie lo duda de la capacidad financiera y de lobby de la judería argentina, pero arrogarse la representación filosófica argentina ya es demasiado. Cuando cualquiera que haya intentado hacer filosofía sabe que los pensadores de origen judío nunca se han caracterizado por su creatividad sino más bien por su capacidad de difusión y divulgación de ideas ajenas. Es por eso que los viejos profesores de filosofía "paisanos" se refugiaban, como don León Dujovne, en las figuras, todas secundarias en filosofía, de Spinoza o en la de León Hebreo y Maimonides para la Edad Media. Pues por más que rasparan la olla de la historia no había más.
El asunto de los filósofos o pseudo filósofos de origen judío aparece a partir de los años 1960, en el tiempo que aparece también el tema del Holocausto, y ahí surgen como repollos cientos de "filósofos judíos". Comienzan los diarios y revistas especializadas a plagarse con los nombres de Buber, Arendt, Lévi-Strauss, Levinas, Derrida, Henri-Lévy, Finkielkraut, Gluckman, Agamben, Lowith y tantísimos otros. En Argentina para no ser menos tenemos filósofos "paisanos" a rolete. Y así al voleo nos encontramos con sedicentes "filósofos" como los mencionados Dujovne y Klimosky, luego vinieron los Barilko, Jalfen, Madanes, Heller, Picotti, Kovaldoff, Abraham y hoy Feinmann.
Es interesante notar la auto y mutua referencia que los caracteriza: así, Abrahan cita a Kovaldoff y éste lo cita a aquél. Feinmann cita a Rozitchner y éste lo cita a aquél. Y no hablemos ya en el orden internacional con la autoreferencia de los grandes gurús del pensamiento sionista en el orden sociológico y politológico. Eso ya es una avalancha más que una ola de moda cultural.
Pero volviendo al orden filosófico constatamos que todo este enorme esfuerzo de publicidad al ñudo, desde el punto de vista auténticamente filosófico, sólo sirve para engrupir a los otarios, que es como desembocar en la nada. Desemboca en la gilada que es la consumidora de cultura , en Argentina, a través de los diarios La Nación, Clarín y su hijo putativo Página 12.
Ningún filósofo argentino criollo, que los hay y muy buenos, compra "pescado podrido" como es esta venta en cuotas de un pensamiento que no existe.
Ciertamente que ellos, los pseudofilósofos paisanos "logran vigencia" por estar publicitados semana tras semana, día tras día, en los grandes medios gráficos y televisivos, pero lo que no logran es permanencia.
Y este e su drama, gastan dinero e influencias en su promoción y publicidad y terminan apagándose como la luz de un fósforo en el momento mismo de su muerte. ¿Quién puede proponer hoy, sin caer en el ridículo y la burla, un congreso de filosofía para estudiar el pensamiento de León Dujovne o Jaime Barilko o Jalfen?.
¿Quién podrá proponer dentro de veinte años hacer su seminario sobre el pensamiento de Abraham, Feinmann o Rozitchner, si ya estando aún vivos suenan a joda?. Absolutamente nadie.
Y ¿saben por qué? Porque en el orden filosófico y específicamente metafísico es un pensamiento absolutamente inconsistente. Porque la inteligencia judía es un pensamiento residual de Oriente en donde la idea de vacío prima sobre la de ser. Es que no pueden concebir el ser del ente ni como actus essendi ni como presencia. No pueden concebir aquello que enseñaron Aristóteles y Hegel que la realidad es "lo que es más lo que puede ser". Es que, en definitiva, nadie puede dar lo que no tiene.
Y este es el drama strito sensu de la inteligencia judía en el orden metafísico.
Si bien el tema ha sido señalado desde siempre en la historia de la filosofía y han escrito expresamente filósofos, en serio, como Eugenio D´Ors, Nimio de Anquín o Mircea Eliade, ha caído en el olvido, sobre todo, a partir del auge de los publicitados filósofos "paisanos" por doquier.
(*) arkegueta (eterno comenzante)
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Apreciado Alberto, me impresiona tu valentía. Lo que decís en el artículo responde a la realidad desnuda, tal como es. No es fácil aceptarla; seguramente vendrán las críticas. Y es posible también el castigo. Me parece pertinente que te llames "arkheguetas" ... es nuestra condición ... no hemos nacido en el vuelo del Búho, sino al amanecer, con una mirada ejercitada en las fuentes del imponente periplo espiritual europeo, como quizás muchos profesores europeos no la posean. Lo he podido percibir en varios casos en mis viajes al “Viejo Mundo”. Sin embargo escriben... Por esta razón muchos eximios “sudacas” han expuesto, y exponen, el despliegue del espíritu europeo con claridad meridiana indagando en sus fuentes.
Con respecto al tema hondo que abordás en el artículo, mas allá de lo episódico (que se debe tener en cuenta naturalmente), quiero agradecerte, pues me has exigido agudizar la mirada. La historia pone de manifiesto el pathos judío y de lo que es posible en el orden espiritual: allí están las Lamentaciones de Jeremías, Job, Deuteronomio, Números, Génesis etc. Libros estupendos que ponen al descubierto a una criatura anonadada, ante Yavhé, el Absolutamente Otro, que se esconde de forma irremediable detrás de una nube. En tal situación, ni el ser de la criatura es inteligible, ni el Ser de Dios, pues es Lo Absolutamente Otro. Basta leer a Levinas, de modo ilustrativo, nada más. Con total coherencia ubica a la Etica como "prima philosophia", y las cacatúas lo repiten. Si así fuese, todo es posible, y no hay racionalidad alguna ni en el Ser ni en el Devenir. Lo de Levinas es un tema tan viejo, como la Biblia. O leer a otro que se ha puesto de moda, y en la Fac. de Filosofía de Santa Fe, de la Univ. Católica, algunos lo estudian con devoción casi religiosa, Franz Rosenzweig, cuyo libro "La Estrella de la Redención" es para salmodiar, pero no para pensar. Pues el Ser no es inteligible, ni en su Puridad, ni participado. En este mundo oscuro viven estos hombres y mujeres, que necesariamente se acogen entre sí mismos, los "otros" son extraños y han sido percibidos y lo son y lo serán, como "amenaza". Desde este pathos resulta comprensible en cierta medida la historia del pueblo judío. En cierta medida, pues el fondo nos queda como enigma que no se ha podido resolver. En un tiempo arcano, para decirlo de algún modo, este pueblo recibió una descarga espiritual que no ha acontecido en ningún otro pueblo del género humano. El Absolutamente Otro, y la creatura suspendida, emergiendo del no ser por la decisión de Yavhé.
Dujovne, Barilko, Feinmann, entre tantos otros, como bien decís, han escrito y escriben libros y artículos que se diluyen rápidamente. No hay nada que los torne perdurables. Lo grave es que con su gritería dejemos que tapen a los que piensan.
Cordiales saludos. Máximo
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No sabés cuanto me reconforta esta carta tuya Máximo. En este extrañamiento profundo respecto del ser participado e inteligible en que vive la inteligencia judía, muestra que no está ontológicamente dispuesta para ello (figuras emblemáticas nos llegan desde la zarza ardiente de Moises hasta el temor y temblor de Abraham). Esa incomprensión profunda y raigal se ve respecto del actus essendi, de las varias dimensiones de la ousía aristotélica y del Anwesen heideggeriano. Como vos anotás muy bien la trascendencia infinita de Yahvé que lo hace absolutamente Otro se manifiesta luego en su obrar con relación a "los otros", que no son ellos, como amenaza: " En este mundo oscuro viven estos hombres y mujeres, que necesariamente se acogen entre sí mismos, los "otros" son extraños y han sido percibidos, y lo son y lo serán como "amenaza".". De ahí a la monopolización del sufrimiento, la persecución, el usufructo de las nociones de holocasuto y genocidio (Simón Peres declaró que el único genocidio de la historia fue el judío y negó expresamente tal carácter al armenio. Por supuesto que el más grande genocidio de la historia el ucraniano de los años 33 al 35 con 10 millones de muertos, ni siquiera es considerado. Además fueron sólo víctimas cristianas). En fin, hay tanta tela para cortar, Además lo escribí para la más chica de mis hijas a quien obligan a leer semanalmente en su facultad esa lamentable revista Ñ, expresión de lo culturalmente correcto. Un abrazo. Alberto
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Querido Máximo: Me quedó algo en el tintero y es el tema de la conversión. Ese esfuerzo extraordinario y maravilloso de los judíos conversos. Que en general son hombres muy bien dotados. De hecho la conversión es un don, pues el converso la pide al Señor. Si nos detenemos mínimamente en los conversos que han hecho filosofía (Husserl, Stein, Weil, Bergson, te cito al pasar) vemos que son hombres de una enjundia fuera de lo común y que ha sido su profunda y raigal metanoia aquella que les brindó, en definitiva, la posibilidad a su mejor realización filosófica. Porque ellos rompieron la distancia infinita que los separaba del dios de "temor y temblor de Abraham" que es lo Absolutamente Otro, para entenderlo como "formando parte", participando del Dios misericordioso, el Dios vivo de la gracia, que comprende acabadamente la naturaleza humana. Yo admiro y respeto sobre manera esa capacidad de conversión, de metanoia, que han tenido estos grandes hombres en el orden filosófico. Metanoia que los llevó luego a sus más grandes realizaciones. Alberto
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Caro, Alberto, la metanoia de los conversos judíos posibilita una nueva inhabitación (como diría don Nimio) en su espíritu: Yahvé, en su inaccesibilidad desaparece, ya no el Otro absoluto y definitivo sino Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo que cohabitan en la creatura, y entonces para estos conversos, como para los griegos y cristianos medievales, la "visibilia" hacen posible que las pupilas de esta aves nocturnas entrevean "invisibilia Dei". La creatura está incardinada en el Ser de Dios. Claro que esto puede plantear interrogantes acerca de la relación entre Yavhé y el Dios del Nuevo Testamento. Me parece que no hay mayores dificultades. Dios se revela y su revelación es recibida "ad modum recipientis".
La esposa de Jacques Maritain, Räisa, una judía convertida al catolicismo, como bien sabés, escribió un profundo libro sobre el pueblo de Israel. Su conclusión me parece definitiva. “Es un misterio”. Claro que no se debe banalizar esta magna categoría: “misterio”. (Pero es otra cuestión …la seguiremos dialogando…).
Lo que señalás acerca de la declaración de Simon Peres ( que ha existido un solo genocidio en la historia humana, la del pueblo judío) me parece ajustadísimo. Es comprensible esa declaración, desde el pathos de este pueblo. Lo que no es comprensible es que nosotros repitamos esa interpretación. Pues en la inteligibilidad del Ser es posible la diversidad, que no es total, sino en parte. Si fuera total, el otro se convertiría en una amenaza, y tendríamos que apretarnos en nuestra morada singular, siempre a la defensiva. En cambio en la inteligibilidad del Ser son irracionales las moradas “singulares”, cerradas en sí mismas. Por lo dicho, tu artículo es valiente y posee fundamentos.
Un abrazo, mi querido y noble amigo. Máximo
1 Así Sartre propone, ingenuamente, como solución la revolución socialista que es “más que suficiente para suprimir el antisemitismo” ignorando el hecho que el antisemitismo también llegó a la izquierda. Para Romano Guardini la cuestión judía surge cuando se eclipsa el sentido religioso de la persona ante el cálculo político del Estado ligado a la técnica. Mientras que Marx reduce la cuestión al manejo arbitrario del dinero y el intercambio de mercancías por parte de los propios judíos.
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