Detrás de la inflación*
El 2014 ha sido un año controversial para las negociaciones paritarias. La inflación es superior a la de los años anteriores a pesar de la caída de la actividad y el consumo, que ya pueden verse en el descenso de exportaciones e importaciones del primer semestre. En marzo de este año Miguel Teubal, doctor en Economía de la UBA, fue consultado acerca de si el ajuste a los salarios venía a finalizar con el modelo del consumo en relación con declaraciones de Hugo Moyano y respondió: “Hay que ver qué van a hacer con las negociaciones colectivas. (...) Si los aumentos no son acordes con la inflación, eso significa un ajuste. Y en ese sentido tiene razón Moyano. Los salarios fueron a la cola de la inflación, salvo algunos gremios importantes”.
En julio el Ministerio de Trabajo publicó un interesante informe elaborado sobre los 19 principales convenios colectivos de los sindicatos más importantes de nuestro país que incluyó: Químicos, Alimentos, Sanidad, Camioneros, Maestranza, Calzado, Pasteleros, Gráficos, Indumentaria, Transporte de Pasajeros, Carne, Entidades Deportivas y Civiles, Metalúrgicos, Plásticos, Textiles, Bancarios y Construcción, Administración Pública y Comercio. Este promedio ponderado arroja un aumento salarial del 29,7 por ciento. Si comparamos ese promedio con las estimaciones inflacionarias las perspectivas no son buenas, tanto con mediciones oficialistas u opositoras. El impacto de la devaluación de enero, sumado al aumento de la tasa de interés y la baja de actividad, han licuado el poder adquisitivo e impactado en el consumo.
La canasta básica elaborada por la CGT Azopardo indica que entre enero y agosto el aumento de precios arroja un acumulado de un 28 por ciento. Números similares muestra el último informe de Cifra de la CTA oficialista, que determina que entre enero y febrero el aumento fue de un 4,9 y 5,4 por ciento; de marzo a mayo de un 2,5-2,7 por ciento y se desaceleró en junio para alcanzar un 1,5 por ciento, con un acumulado en el primer semestre de 21,3 por ciento. Las similitudes de los números mes a mes con la CGT Azopardo no dejan dudas. Ambas señalan que en junio hubo una desaceleración de la inflación que subió en julio y agosto, por lo que es probable que para las dos centrales el aumento de precios arroje un promedio similar.
Ello permite concluir que las paritarias de los sectores formales con promedio de 29,7 por ciento han sido insuficientes. También la movilidad jubilatoria y el SMVM quedarán por debajo de la inflación. El mismo informe del ministerio de Carlos Tomada destaca que las negociaciones estuvieron 4 puntos por encima de las del 2013, diferencia que, según los números de las dos centrales obreras, se licuó en el primer mes del año. También tiene observaciones interesantes para conocer la dinámica dentro del sector del trabajo. Más aun teniendo en cuenta lo poco alentador que será el escenario que se abre de aquí en más, donde ni siquiera la caída de la actividad logra bajar el ritmo inflacionario como antesala de las próximas negociaciones.
Sólo una tercera parte de estos acuerdos lograron cifras por encima del 31 por ciento (alimentación, camioneros, maestranza, químicos y sanidad). Entre Comercio, Construcción y Metalúrgicos se alcanzan la mitad de los asalariados de ese grupo. También tiene datos comparativos sobre cómo varía el impacto cuando las cifras se desdoblan en aumentos escalonados. Obtener en una sola cuota el aumento de los doce meses es una ventaja si se mide sólo en ese año. Pero lo que oculta esa metodología es que la última cuota a cobrar tiene impacto permanente en las negociaciones futuras.
Para entenderlo mejor vale decir que se establecen dos tablas con los aumentos, una con los porcentajes de aumentos entre el mes 1º y el mes 12 y otra en función del porcentaje de incremento promedio durante todo el año de vigencia y ambas son bastante distintas. En la primera, los tres últimos gremios en promedio son la Construcción con 29, la Administración Pública con 28, y Comercio con 27 por ciento. Lo que implica que las cámaras patronales en 2015 tendrán un piso más bajo sobre el que sentarse a discutir el próximo aumento. Por último, este grupo no incluye a quienes no se encuentran bajo convenio, ni al tercio de trabajadores informales. Es esperable que el impacto de la inflación en esos sectores sea mayor, por lo cual se profundizará aún más el enfriamiento de la economía y el consumo en la medida en que el poder de los salarios va detrás de la inflación, sobre todo de acá en más, en donde son pocos los tramos de los aumentos por cobrar.
* Integrante de la Fundación Estrategia Argentina y asesor del diputado Facundo Moyano.
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