Carta de Jauretche al Padre Benitez (25-07-1956)
Montevideo, julio 25 de 1956.
Estimado P[adre] B[enítez]:
He recibido sus noticias por el portador a quien me unen los vínculos que Usted conoce.—Muy agradecido a sus amables conceptos que trataré de merecer si Dios ayuda.
Ante todo le expondré en breves rasgos algunos puntos de vista que considero fundamentales:
Disiento totalmente con la técnica operativa aconsejada desde el norte. Prescindiendo de mi amor al país y de mis sentimientos a la sociedad argentina que no son de un católico militante, pero que se informan del espíritu cristiano del medio en que vivimos y nos hemos formado, no creo que debamos acompañar el tono jacobino que dan los adversarios a esta lucha. Es preferible ofrecer la otra mejilla y no sólo por más cristiano sino por mejor política. En una carrera de jacobinos enfrentados, ganarán los que tienen el instrumento del poder en las manos y no es cuestión de que sigamos hablando de cinco a uno para ser siempre nosotros los cinco y ellos los uno. Así pasó cuando éramos fuertes y con más razón cuando somos los débiles. Por otra parte es completamente pueril el planteo de la "lucha clasista" en planos horizontales. Si el terrorismo ha sido abandonado hasta por los anarquistas y prohibido por los comunistas después de una larga experiencia histórica, con fuerzas largamente ejercitadas y formadas lentamente y drenadas constantemente por una metódica selección, es un disparate planearlo con una fuerza multitudinaria sin disciplina, sin jerarquías y en plena improvisación. Eso solo puede llevar a un estado como el de Colombia donde Rojas Pinilla es la dolorosa y única tregua posible de una pasión política adscripta a religiones de odio.
Del punto de vista social, hablar del proletariado contra las otras clases es aglutinar estas en un solo block y el proletariado carece de fuerzas y sobre todo de acceso a los instrumentos de poder. Parece mentira que quienes se consideran caudillos revolucionarios no comprendan que en esta materia la apreciación de fuerzas no tiene nada que ver con las apreciaciones electorales. Estas últimas se determinan por número y las otras por calidad. Y están en ventaja quienes tienen los medios en las manos porque de su seno salen los constituyentes de las fuerzas armadas, poseen la solidaridad social de las clases ricas asustadas, el transporte y la comunicación fácil, el conocimiento personal entre ellos y la facilidad de organización que tiene toda minoría con medios económicos y de cultura, el control de los barrios céntricos y el movimiento por líneas intermedias mientras el proletariado se mueve por líneas periféricas.
Me bastaría citar la copiosa literatura comunista y aprista sobre el particular, que ha agotado las posibilidades de la revolución proletaria en los países coloniales, para llegar a la conclusión de que el único sistema de lucha posible es el de la lucha nacional ampliando el sector del proletariado con sectores de clase media y burguesía interesados en el desarrollo nacional. Son los sectores que los comunistas designan con el eufemismo de progresistas y que ellos han logrado movilizar a su favor en los países en que están cumpliendo el proceso con bandera nacionalista. En la misma medida que los factores económicos juegan los factores espirituales, si el movimiento tiene capacidad para verticalizarse a través de las distintas clases sociales.
Por qué caímos
Esa fue la situación de nuestro movimiento hasta que se cayó en el error por una apreciación puramente electoral —que oportunamente demostraré estadísticamente que es falsa— de despreciar sus sectores je burguesía y clase media. Nuestro movimiento era un partido vertical je base obrera que tomaba fácilmente el treinta por ciento de clase media y un quince o veinte por ciento de la burguesía industrial y agraria. Por subestimar ese sector, hay desde luego otras causas, se prescindió de los llamados políticos y se despreció el sector católico o nacionalista. Al abandonar este sector la defensa del Partido, se unificó de hecho la totalidad de la clase media y la burguesía en contra y los resultados están a la vista. Cuando alguien dice que hemos caído porque no fuimos cruentos quiere tapar el cielo con un amero. Hemos caído porque fuimos estúpidos, porque nos volvimos contra nuestras propias banderas v porque no supimos ser revolucionarios; pero ser revolucionario no significa ser asesino sino por el contrario crear vida y no lo fuimos en la medida que no fuimos vitales, es decir realistas, que es lo contrario de practicistas como señala nuestro común amigo Chesterton que sabe cuántos granitos de ideal hay que echarle a lo práctico para que sea real.
Este exordio tiene por objeto prevenirlo lealmente sobre mi desacuerdo con la estrategia aconsejada desde arriba. Los débiles desde Cristo hasta Gandhi tienen una sola arma que es el dolor y que es la más fuerte porque el dolor tiene una larga paciencia. En cambio la paciencia de los soberbios es corta. Creo que necesitamos una teoría de nuestra acción y por consecuencia una estrategia y una táctica. Creo que no puede ser escrita por militares porque ellos parten de un supuesto cierto: la posesión del poder, y el supuesto de una acción revolucionaria es inversa. Ellos parten desde el Estado y nosotros tenemos que partir desde el pueblo, y ellos aunque lleguen a ser revolucionarios han formado su educación de combate desde los medios de acción del Estado. He empezado a pergeñar un librito sobre este tema que creo que nos va a ser necesario como es necesario hacer la autocrítica del movimiento.
Por eso estas líneas, mal hilvanadas, van en busca de su opinión sobre los temas que insinúo y he de ser más explícito en cartas sucesivas cuando tenga organizado el correo que me propongo.
Pasando a la labor concreta debo decirle que espero con ansiedad los informes que me irá mandando pues de aquí difundimos por el exterior y especialmente América, lo que nos llega.
Para ese efecto hemos creado la Agencia Informativa Americana algunos de cuyos noticiosos le acompaño para que se dé una idea del plan de trabajo. Nos es pues muy necesaria la información y también algunos recursos económicos pues nos cuesta muy caro el franqueo desde que debe ser remitida por correo aéreo para evitar el refrito.
Como verá por ¡o que le remito tratamos de filtrar la información mezclándola con otra y atacamos de flanco pues frontalmente es muy difícil hacer entrar, en una prensa con opinión comprometida, nada que sea crudamente peronista (..) No pretendemos tampoco que las cosas nuestras se publiquen aunque algo se logra, pero damos la información de manera que vaya formando la opinión personal del redactor a la espera en que éste, por afán de dar la nota, en la coyuntura que lo reclama, vuelque lo que ya tiene acumulado. Así ocurrió aquí con los fusilamientos. Trabajos anteriores que creíamos estériles se volcaron a la prensa en ese momento.
Considero que los que estamos en tareas de esta naturaleza tenemos que proceder como si no hubiera posibilidades inmediatas, las haya o no las haya, pues esa clase de expectativa conspira contra el trabajo permanentemente. Si las cosas vienen, mejor. Pero debemos trabajar como si no vinieran para que la acción tenga continuidad y eficacia porque de no ser así el trabajo se paraliza ante la expectativa del éxito o la depresión del fracaso si esto ocurre. Que los que están en las tareas de acción directa cumplan en su terreno y los que no estamos en condiciones de colaborar en ellas que cumplamos en este otro de largo aliento y tendremos así el seguro y el reaseguro de la acción. (...)
Con respecto al Uruguay debo decirle que en seis meses la posición de la opinión pública ha variado ciento ochenta grados a pesar del periodismo que obedece a directivas internacionales. Creo que ya el ochenta por ciento de lo popular está con nosotros y fácilmente el cuarenta por ciento de la clase dirigente. Lo que faltaba en este sector creo que lo ha definido Herrera al votar en el Consejo de Gobierno contra la declaración de Huésped Oficial a Aramburu. (...)
En cuanto a la parte obrera sólo le puedo informar que hoy la ciudad amaneció pintada de leyendas contra el "asesino" visitante y que la manifestación obrera de los frigoríficos, unos diez mil manifestantes, pasó al grito de "asesinos" por la Embajada Argentina.
Las noticias que tengo de Brasil son bastante favorables. En el orden oficial Brasil se beneficia de las torpezas cometidas por este gobierno que han arrojado Paraguay y Bolivia de su lado destruyendo largos años de labor. Periodísticamente tenemos las grandes cadenas en contra pero el pasquinerío combativo ha encontrado una veta magnífica en el ataque injurioso contra Rojas y Aramburu. Además los sectores políticos dominantes no pueden ser favorables al gobierno argentino por razones de clientela electoral. Es así como Joselino Kubishek rechazó oportunamente la entrevista de los tres presidentes (...) Significativo es que cuando Joao Goulart, el vicepresidente, bajó en Ezeiza con destino a Montevideo, había encargado se lo fuera a buscar en avión militar uruguayo pues evitó deliberadamente ser huésped del gobierno argentino como éste pretendía. La última noticia es el desaire hecho a Aramburu por el diputado Hugo Napoleao del Partido Social Demócrata quien debió saludar al huésped en nombre de la Cámara de Diputados como Presidente de la Comisión Diplomática y Tratados. Se negó a hacerlo "porque sus convicciones democráticas no se lo permitían" y hubo que escoger a otro diputado. (...)
Bueno creo que por ahora es bastante y espero sus noticias. Le estoy muy agradecido al portador que es un verdadero "hermano" por haberme dado oportunidad de conversar epistolarmente. Como en el tango, "ya vendrán días mejores" y lo haremos de viva voz.
Mis saludos, J[auretche] Buenos
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