Jauretche aún combate la estupidez gorila. 13 de noviembre: Día del pensamiento nacional
El día del Pensamiento Nacional, junto con el Día de la Tradición, son las únicas fechas en nuestras efemérides que conmemoran un nacimiento. La segunda de José Hernández y la primera de Arturo Jauretche.
Cumpleaños feliz. Atravesada su vida por mil adversidades, el camino de este patriota nacido en Lincoln, provincia de Buenos Aires, en 1901 aún deja huella.
Ya José Carlos Mariátegui se preguntó, casi cien años atrás, si existía un pensamiento hispanoamericano. Afirmó que "El espíritu hispano americano está en elaboración" y que faltaba aún un debate para diferenciarnos del eurocentrismo. Tuvo claro, si, oponerse al Panamericanismo como forma cultural del "capital yanqui". Confió, sin embargo, en el empuje de diversos grupos americanos, en particular en el argentino.
Quizás esos jóvenes universitarios de la Reforma de 1918 que se sumaron a las huestes forjistas tuvieran la clave. La calve de una episteme de la periférica, al decir de Fermín Chávez. Un pensamiento nacional.
Jauretche fue uno de dichos promotores, en tanto pensar Latinoamérica es pensar Argentina
Baqueano de nuevos caminos en la comunicación, montonero de las letras - como lo definió Ernesto Sábato -, sociólogo a bozal y lazo – como él se autodefinió -, su impronta crece al descubrirse nuevas formas de colonización y dependencia.
Sea en su apoyo a Yrigoyen, su pelea con FORJA, su adhesión al peronismo, su colaboración con el desarrollismo y su firma negativa a convalidad las dictaduras (las militares y las culturales / mediáticas) es símbolo de militancia.
Señaló los males de la Argentina en cuanto su dependencia económica en manos de Gran Bretaña y de sus aliados locales, sustentado en la producción de sentido de la superestructura cultural que nos agobia con el sostenimiento de premisas falsas. Las categorías encorsetan y restringen, pero para nosotros aprisionan.
Él bramó desde Manual de Zonceras Argentinas en 1968:
"¿Pero cómo corregir al tilingo que es fruto buscado de una formación mental a base de zonceras peyorativas que con el respaldo de próceres al caso, ha afirmado nuestra inferioridad como punto de partida inseparable de su civilización?"
Aún, lamentablemente, esto tiene validez. Basta con leer el prólogo de una reedición de Educación Común en el Estado de Buenos Aires, de Domingo F. Sarmiento que hace poco realizó el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se lee, firmado por el ministro de Educación porteño Esteban Bullrich, que: "La Argentina, a partir de la Constitución Nacional de 1853, parecía que estaba finalmente dejando atrás aquellos años de guerras civiles, dictaduras (sic) y flagelos económicos para transformarse por primera vez en un Estado – Nación con poder centralizado"
Lejos estábamos aún de eso. Caseros mediante, los unitarios pretendían hegemonizar el proceso político y de la mano de Mitre separan a Buenos Aires de la Confederación de Urquiza.
Bullrich arremetió con: "la provincia de Buenos Aires, sin embargo era todavía un llano sin árboles ni fronteras, habitado por ganado, gauchos (¡), indios (¡) y un puñado de pequeños pueblos (...) Escenarios de batallas entre caudillos provinciales y el avance de malones, estaba lejos de transformarse en aquella pradera privilegiada que supo ser el granero del mundo (sic, sí, escribió esto!!!)
Entre equiparar a las vacas con los gauchos e indios, al tiempo de señalarlos como enemigos integrando las montoneras y los malones, insiste con la consabida zoncera 100% del patriciado decimonónico de "granero del mundo".
Cuando uno creía que ciertos conceptos estaban perimidos el genuino sentir antipopular de cierto sector dirigente nos trae a la dura realidad. La lucha continua, y cada vez es (y será) más ardua.
Por suerte, en la actualidad, hay un proyecto nacional que replanteó la historia, construyó un presente y cimentó un futuro para todos.
Jauretche da pelea. En sus textos, en su legado y en su ejemplo. Y combate alegremente, como combaten los pueblos con futuro!
Feliz cumpleaños Arturo!!!
* Politólogo y docente universitario. Académico de número de los Institutos Nacionales Eva Perón, Juan Manuel de Rosas y Manuel Dorrego.
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