20 de noviembre de 1845: "La memoria es un arma cargada de futuro"

Si bien las vueltas de la vida, hacen que esté un poco "perdido" en el contacto con Uds. por razones laborales, no quiero dejar pasar la oportunidad de escribir mis sentimientos en un nuevo y doloroso aniversario de la masacre del 16 de junio de 1955.

Otro golpe como tantos de la oligarquía asesina. Y creo que no es malo recordar..... recordar que llamaron "Campaña al Desierto" a lo que no era desierto, sino falta de rubios occidentales; y que fue, es y será malo lo que tenga color latinoamericano.

Pegaron donde más le dolió al Líder: Su pueblo.

Un pueblo que por fin había sido interpretado, y nada menos que por un Soldado, un Soldado al que llamó "Mi General"!!!

Qué cosa de locos!!!

Un Líder que como pocos, supo ganar la buena fe de los hombres de buena fe....Y a tal punto llegó el odio???. Si compañeros!!!. A tal punto fueron y seremos odiados los que queremos una Patria con igualdad de oportunidades.

A tal punto quieren éstos cerdos la exclusividad elitista y a tal punto llega su odio.

CIPAYOS GENOCIDAS: El pueblo peronista no olvida y haremos lo imposible por que los que nos sigan tampoco olviden.

Me llena el corazón escuchar y escuchar el discurso de Perón, tan prudente y moderado ante semejante fundamentalismo.

Pero no crean vendepatrias que esta moderación y prudencia se llama perdón.

El domingo 20 de noviembre la prensa de Buenos Aires recordó que 60 años antes comenzaron en Alemania los juicios de Nüremberg y que, tres décadas atrás, murió el dictador Francisco Franco en España.

Independientemente de que la derrota del nazismo puso fin a una gran tragedia europea, esos juicios fueron la farsa más dantesca de la que se tenga registro en la historia del siglo XX. Algún día habrá que sentar en el banquillo a ciertos herederos actuales de aquellos jueces, jurados, fiscales y testigos de cargo, los que hoy ejecutan un lento y sistemático holocausto neoliberal contra el Tercer Mundo.

El destino de Argentina no se selló en Stalingrado, bajo el Arco del Triunfo de París o en las ruinas de la Cancillería en Berlín. Mucho menos en el Palacio del Escorial, al norte de Madrid.

Por eso lo llamativo de este domingo que pasó fue que a ningún columnista "políticamente correcto" de diario, revista, radio o televisión se le ocurrió mencionar que el 20 de noviembre de 1845 se libró en Argentina la batalla de la Vuelta de Obligado.

Fue un desigual enfrentamiento de criollos contra una flota pirata anglo-francesa, "coalición de la libertad" de la época, como la que hoy permanece en Afganistán e Irak -y antes en Somalia- dirigida por Estados Unidos. Algo que se les olvida, incluso, a varios analistas, politólogos y "cientistas sociales" enrolados en el progresismo light.

El combate estalla en un recodo del Río Paraná. Comienza a las ocho y media de la mañana, y concluye a las cuatro de la tarde, cuando la artillería argentina -apenas 30 cañones de bajo calibre- ya no tiene proyectiles. Dos mil 200 hombres, entre soldados regulares y gauchos voluntarios, dirigidos por el general Lucio N. Mansilla -padre de Lucio V. Mansilla, también militar y escritor, autor de Una expedición a los indios ranqueles- enfrentan a los invasores.

En 1845, el brigadier general Juan Manuel de Rosas gobernaba la Confederación Argentina. La escuadra anglo-francesa, integrada por 11 buques de guerra y 40 barcos mercantes, había invadido aguas territoriales desde principios de noviembre, con el pretexto de "atenuar" las tensiones entre Buenos Aires y Montevideo. Como más de un siglo después harán con los hutus y tutsis en Burundi y con los chiitas y sunnitas en Irak.

El verdadero objetivo de Gran Bretaña y Francia es navegar libremente por el Río de la Plata y los ramales interiores pertenecientes a su cuenca. Los invasores quieren abrir una comunicación directa con Paraguay y, en el trayecto, tener acceso a los mercados de las provincias ribereñas para vender sus productos. Los dos países cuentan con el visto bueno de los unitarios, enemigos a muerte de los federales encabezados por Rosas.

En 1843, Florencio Varela había solicitado, como representante de los unitarios en Europa, la intervención armada anglo-francesa. En septiembre de 1845, ambas potencias declararon el bloqueo a Buenos Aires.

Los criollos se instalan en un paraje conocido como la Vuelta de Obligado (entre los pueblos de San Pedro y Ramallo, hoy provincia de Buenos Aires), donde el río Paraná tiene 700 metros de ancho y una curva muy marcada que dificulta la navegación a vela. La artillería enemiga triplica a la de los defensores y, además, es de mayor poder: 99 cañones de calibres 24 y 80.

Mansilla ordena tender de una orilla a la otra tres gruesas cadenas montadas sobre 24 botes. La barrera está custodiada por Republicano, el único barquito de guerra nacional.

Durante esas ocho horas de combate los argentinos sufren la peor parte: 250 muertos, 400 heridos y 21 cañones destruidos. El propio general Mansilla es lesionado en el estómago por esquirlas de metralla al dirigir una de las cargas. Los atacantes incendian las lanchas que sostienen las cadenas. Cuando el capitán del Republicano ve que no puede enfrentar a las naves enemigas, ordena a su tripulación abandonar el buque y lo hace explotar en el medio del río para dificultar el avance enemigo.

Ingleses y franceses sufren, en comparación, pocas bajas: 26 muertos y 86 heridos. Pero los daños en sus buques obligan a la escuadra a permanecer 40 días en la Vuelta de Obligado para repararlos. Su triunfo es relativo: logran pasar pero fracasan en su intento de ocupar las costas. Y los barcos mercantes no venden un solo producto.

Las noticias del desigual combate se divulgan por todo el continente. Los gobiernos de Chile y Brasil, hasta entonces adversos a Rosas, manifiestan su apoyo a la Confederación Argentina. La prensa de Estados Unidos, país entonces considerado cuna de la democracia americana, elogia al caudillo federal. El general unitario Martiniano Chilavert ofrece unirse a los federales para combatir a "los enemigos europeos".

Otro unitario, Rafael Hernández, hermano del autor de Martín Fierro, describe el enfrentamiento con admiración, dejando de lado intereses partidistas: "Los jefes vencedores al elevar el parte oficial a sus respectivos gobiernos, hacían elogios muy honrosos del valor y perseverancia a nuestros bravos, que morían dando vivas entusiastas a la independencia americana (...). Aquel día fue un verdadero triunfo para las armas de Buenos Aires, por el valor heroico que desplegaron nuestros guerreros, y como combate naval, es uno de los más grandes y gloriosos que se registran".

El historiador Ernesto Palacio afirma en su Historia de la Argentina (1515-1943): "Todas las provincias, con sus gobernadores y legisladores, se pronunciaron contra la agresión y ofrecieron sus contingentes para resistir. El glorioso general San Martín escribía desde su retiro poniendo su espada y su persona al servicio de la nación y felicitaba al gobernador de Buenos Aires como defensor de la Independencia Americana".

El conflicto causa grandes pérdidas comerciales a las dos potencias europeas, que deciden iniciar negociaciones de paz en forma separada. Inglaterra firma un tratado el 24 de noviembre de 1849 y Francia el 31 de agosto del año siguiente.

La ley Nº 20.770 establece el 20 de noviembre como Día de la Soberanía. No obstante, los historiadores oficiales -reacios a la controvertida figura de Juan Manuel de Rosas- continúan minimizando hasta el día de hoy el combate de la Vuelta de Obligado. La fecha no se conmemora en escuelas primarias ni colegios secundarios. Los actuales comunicadores siguen ese ejemplo: prefieren recordar los juicios de Nüremberg y la muerte de Franco.

No se debe permitir más que los historiadores que escamotearon el pasado y los analistas light que distorsionan el presente nos roben el futuro. Se debe continuar dando testimonio hasta que la verdad nos haga libres. Hoy la memoria es un arma cargada de futuro.

Si bien las vueltas de la vida, hacen que esté un poco “perdido” en el contacto con Uds. por razones laborales, no quiero dejar pasar la oportunidad de escribir mis sentimientos en un nuevo y doloroso aniversario de la masacre del 16 de junio de 1955.

Otro golpe como tantos de la oligarquía asesina. Y creo que no es malo recordar..... recordar que llamaron “Campaña al Desierto” a lo que no era desierto, sino falta de rubios occidentales; y que fue, es y será malo lo que tenga color latinoamericano.

Pegaron donde más le dolió al Líder: Su pueblo.

Un pueblo que por fin había sido interpretado, y nada menos que por un Soldado, un Soldado al que llamó “Mi General”!!!

Qué cosa de locos!!!

Un Líder que como pocos, supo ganar la buena fe de los hombres de buena fe....Y a tal punto llegó el odio???. Si compañeros!!!. A tal punto fueron y seremos odiados los que queremos una Patria con igualdad de oportunidades.

A tal punto quieren éstos cerdos la exclusividad elitista y a tal punto llega su odio.

CIPAYOS GENOCIDAS: El pueblo peronista no olvida y haremos lo imposible por que los que nos sigan tampoco olviden.

Me llena el corazón escuchar y escuchar el discurso de Perón, tan prudente y moderado ante semejante fundamentalismo.

Pero no crean vendepatrias que esta moderación y prudencia se llama perdón.

El domingo 20 de noviembre la prensa de Buenos Aires recordó que 60 años antes comenzaron en Alemania los juicios de Nüremberg y que, tres décadas atrás, murió el dictador Francisco Franco en España.

Independientemente de que la derrota del nazismo puso fin a una gran tragedia europea, esos juicios fueron la farsa más dantesca de la que se tenga registro en la historia del siglo XX. Algún día habrá que sentar en el banquillo a ciertos herederos actuales de aquellos jueces, jurados, fiscales y testigos de cargo, los que hoy ejecutan un lento y sistemático holocausto neoliberal contra el Tercer Mundo.

El destino de Argentina no se selló en Stalingrado, bajo el Arco del Triunfo de París o en las ruinas de la Cancillería en Berlín. Mucho menos en el Palacio del Escorial, al norte de Madrid.

Por eso lo llamativo de este domingo que pasó fue que a ningún columnista "políticamente correcto" de diario, revista, radio o televisión se le ocurrió mencionar que el 20 de noviembre de 1845 se libró en Argentina la batalla de la Vuelta de Obligado.

Fue un desigual enfrentamiento de criollos contra una flota pirata anglo-francesa, "coalición de la libertad" de la época, como la que hoy permanece en Afganistán e Irak -y antes en Somalia- dirigida por Estados Unidos. Algo que se les olvida, incluso, a varios analistas, politólogos y "cientistas sociales" enrolados en el progresismo light.

El combate estalla en un recodo del Río Paraná. Comienza a las ocho y media de la mañana, y concluye a las cuatro de la tarde, cuando la artillería argentina -apenas 30 cañones de bajo calibre- ya no tiene proyectiles. Dos mil 200 hombres, entre soldados regulares y gauchos voluntarios, dirigidos por el general Lucio N. Mansilla -padre de Lucio V. Mansilla, también militar y escritor, autor de Una expedición a los indios ranqueles- enfrentan a los invasores.

En 1845, el brigadier general Juan Manuel de Rosas gobernaba la Confederación Argentina. La escuadra anglo-francesa, integrada por 11 buques de guerra y 40 barcos mercantes, había invadido aguas territoriales desde principios de noviembre, con el pretexto de "atenuar" las tensiones entre Buenos Aires y Montevideo. Como más de un siglo después harán con los hutus y tutsis en Burundi y con los chiitas y sunnitas en Irak.

El verdadero objetivo de Gran Bretaña y Francia es navegar libremente por el Río de la Plata y los ramales interiores pertenecientes a su cuenca. Los invasores quieren abrir una comunicación directa con Paraguay y, en el trayecto, tener acceso a los mercados de las provincias ribereñas para vender sus productos. Los dos países cuentan con el visto bueno de los unitarios, enemigos a muerte de los federales encabezados por Rosas.

En 1843, Florencio Varela había solicitado, como representante de los unitarios en Europa, la intervención armada anglo-francesa. En septiembre de 1845, ambas potencias declararon el bloqueo a Buenos Aires.

Los criollos se instalan en un paraje conocido como la Vuelta de Obligado (entre los pueblos de San Pedro y Ramallo, hoy provincia de Buenos Aires), donde el río Paraná tiene 700 metros de ancho y una curva muy marcada que dificulta la navegación a vela. La artillería enemiga triplica a la de los defensores y, además, es de mayor poder: 99 cañones de calibres 24 y 80.

Mansilla ordena tender de una orilla a la otra tres gruesas cadenas montadas sobre 24 botes. La barrera está custodiada por Republicano, el único barquito de guerra nacional.

Durante esas ocho horas de combate los argentinos sufren la peor parte: 250 muertos, 400 heridos y 21 cañones destruidos. El propio general Mansilla es lesionado en el estómago por esquirlas de metralla al dirigir una de las cargas. Los atacantes incendian las lanchas que sostienen las cadenas. Cuando el capitán del Republicano ve que no puede enfrentar a las naves enemigas, ordena a su tripulación abandonar el buque y lo hace explotar en el medio del río para dificultar el avance enemigo.

Ingleses y franceses sufren, en comparación, pocas bajas: 26 muertos y 86 heridos. Pero los daños en sus buques obligan a la escuadra a permanecer 40 días en la Vuelta de Obligado para repararlos. Su triunfo es relativo: logran pasar pero fracasan en su intento de ocupar las costas. Y los barcos mercantes no venden un solo producto.

Las noticias del desigual combate se divulgan por todo el continente. Los gobiernos de Chile y Brasil, hasta entonces adversos a Rosas, manifiestan su apoyo a la Confederación Argentina. La prensa de Estados Unidos, país entonces considerado cuna de la democracia americana, elogia al caudillo federal. El general unitario Martiniano Chilavert ofrece unirse a los federales para combatir a "los enemigos europeos".

Otro unitario, Rafael Hernández, hermano del autor de Martín Fierro, describe el enfrentamiento con admiración, dejando de lado intereses partidistas: "Los jefes vencedores al elevar el parte oficial a sus respectivos gobiernos, hacían elogios muy honrosos del valor y perseverancia a nuestros bravos, que morían dando vivas entusiastas a la independencia americana (…). Aquel día fue un verdadero triunfo para las armas de Buenos Aires, por el valor heroico que desplegaron nuestros guerreros, y como combate naval, es uno de los más grandes y gloriosos que se registran".

El historiador Ernesto Palacio afirma en su Historia de la Argentina (1515-1943): "Todas las provincias, con sus gobernadores y legisladores, se pronunciaron contra la agresión y ofrecieron sus contingentes para resistir. El glorioso general San Martín escribía desde su retiro poniendo su espada y su persona al servicio de la nación y felicitaba al gobernador de Buenos Aires como defensor de la Independencia Americana".

El conflicto causa grandes pérdidas comerciales a las dos potencias europeas, que deciden iniciar negociaciones de paz en forma separada. Inglaterra firma un tratado el 24 de noviembre de 1849 y Francia el 31 de agosto del año siguiente.

La ley Nº 20.770 establece el 20 de noviembre como Día de la Soberanía. No obstante, los historiadores oficiales -reacios a la controvertida figura de Juan Manuel de Rosas- continúan minimizando hasta el día de hoy el combate de la Vuelta de Obligado. La fecha no se conmemora en escuelas primarias ni colegios secundarios. Los actuales comunicadores siguen ese ejemplo: prefieren recordar los juicios de Nüremberg y la muerte de Franco.

No se debe permitir más que los historiadores que escamotearon el pasado y los analistas light que distorsionan el presente nos roben el futuro. Se debe continuar dando testimonio hasta que la verdad nos haga libres. Hoy la memoria es un arma cargada de futuro.

Si bien las vueltas de la vida, hacen que esté un poco "perdido" en el contacto con Uds. por razones laborales, no quiero dejar pasar la oportunidad de escribir mis sentimientos en un nuevo y doloroso aniversario de la masacre del 16 de junio de 1955.

Otro golpe como tantos de la oligarquía asesina. Y creo que no es malo recordar..... recordar que llamaron "Campaña al Desierto" a lo que no era desierto, sino falta de rubios occidentales; y que fue, es y será malo lo que tenga color latinoamericano.

Pegaron donde más le dolió al Líder: Su pueblo.

Un pueblo que por fin había sido interpretado, y nada menos que por un Soldado, un Soldado al que llamó "Mi General"!!!

Qué cosa de locos!!!

Un Líder que como pocos, supo ganar la buena fe de los hombres de buena fe....Y a tal punto llegó el odio???. Si compañeros!!!. A tal punto fueron y seremos odiados los que queremos una Patria con igualdad de oportunidades.

A tal punto quieren éstos cerdos la exclusividad elitista y a tal punto llega su odio.

CIPAYOS GENOCIDAS: El pueblo peronista no olvida y haremos lo imposible por que los que nos sigan tampoco olviden.

Me llena el corazón escuchar y escuchar el discurso de Perón, tan prudente y moderado ante semejante fundamentalismo.

Pero no crean vendepatrias que esta moderación y prudencia se llama perdón.

El domingo 20 de noviembre la prensa de Buenos Aires recordó que 60 años antes comenzaron en Alemania los juicios de Nüremberg y que, tres décadas atrás, murió el dictador Francisco Franco en España.

Independientemente de que la derrota del nazismo puso fin a una gran tragedia europea, esos juicios fueron la farsa más dantesca de la que se tenga registro en la historia del siglo XX. Algún día habrá que sentar en el banquillo a ciertos herederos actuales de aquellos jueces, jurados, fiscales y testigos de cargo, los que hoy ejecutan un lento y sistemático holocausto neoliberal contra el Tercer Mundo.

El destino de Argentina no se selló en Stalingrado, bajo el Arco del Triunfo de París o en las ruinas de la Cancillería en Berlín. Mucho menos en el Palacio del Escorial, al norte de Madrid.

Por eso lo llamativo de este domingo que pasó fue que a ningún columnista "políticamente correcto" de diario, revista, radio o televisión se le ocurrió mencionar que el 20 de noviembre de 1845 se libró en Argentina la batalla de la Vuelta de Obligado.

Fue un desigual enfrentamiento de criollos contra una flota pirata anglo-francesa, "coalición de la libertad" de la época, como la que hoy permanece en Afganistán e Irak -y antes en Somalia- dirigida por Estados Unidos. Algo que se les olvida, incluso, a varios analistas, politólogos y "cientistas sociales" enrolados en el progresismo light.

El combate estalla en un recodo del Río Paraná. Comienza a las ocho y media de la mañana, y concluye a las cuatro de la tarde, cuando la artillería argentina -apenas 30 cañones de bajo calibre- ya no tiene proyectiles. Dos mil 200 hombres, entre soldados regulares y gauchos voluntarios, dirigidos por el general Lucio N. Mansilla -padre de Lucio V. Mansilla, también militar y escritor, autor de Una expedición a los indios ranqueles- enfrentan a los invasores.

En 1845, el brigadier general Juan Manuel de Rosas gobernaba la Confederación Argentina. La escuadra anglo-francesa, integrada por 11 buques de guerra y 40 barcos mercantes, había invadido aguas territoriales desde principios de noviembre, con el pretexto de "atenuar" las tensiones entre Buenos Aires y Montevideo. Como más de un siglo después harán con los hutus y tutsis en Burundi y con los chiitas y sunnitas en Irak.

El verdadero objetivo de Gran Bretaña y Francia es navegar libremente por el Río de la Plata y los ramales interiores pertenecientes a su cuenca. Los invasores quieren abrir una comunicación directa con Paraguay y, en el trayecto, tener acceso a los mercados de las provincias ribereñas para vender sus productos. Los dos países cuentan con el visto bueno de los unitarios, enemigos a muerte de los federales encabezados por Rosas.

En 1843, Florencio Varela había solicitado, como representante de los unitarios en Europa, la intervención armada anglo-francesa. En septiembre de 1845, ambas potencias declararon el bloqueo a Buenos Aires.

Los criollos se instalan en un paraje conocido como la Vuelta de Obligado (entre los pueblos de San Pedro y Ramallo, hoy provincia de Buenos Aires), donde el río Paraná tiene 700 metros de ancho y una curva muy marcada que dificulta la navegación a vela. La artillería enemiga triplica a la de los defensores y, además, es de mayor poder: 99 cañones de calibres 24 y 80.

Mansilla ordena tender de una orilla a la otra tres gruesas cadenas montadas sobre 24 botes. La barrera está custodiada por Republicano, el único barquito de guerra nacional.

Durante esas ocho horas de combate los argentinos sufren la peor parte: 250 muertos, 400 heridos y 21 cañones destruidos. El propio general Mansilla es lesionado en el estómago por esquirlas de metralla al dirigir una de las cargas. Los atacantes incendian las lanchas que sostienen las cadenas. Cuando el capitán del Republicano ve que no puede enfrentar a las naves enemigas, ordena a su tripulación abandonar el buque y lo hace explotar en el medio del río para dificultar el avance enemigo.

Ingleses y franceses sufren, en comparación, pocas bajas: 26 muertos y 86 heridos. Pero los daños en sus buques obligan a la escuadra a permanecer 40 días en la Vuelta de Obligado para repararlos. Su triunfo es relativo: logran pasar pero fracasan en su intento de ocupar las costas. Y los barcos mercantes no venden un solo producto.

Las noticias del desigual combate se divulgan por todo el continente. Los gobiernos de Chile y Brasil, hasta entonces adversos a Rosas, manifiestan su apoyo a la Confederación Argentina. La prensa de Estados Unidos, país entonces considerado cuna de la democracia americana, elogia al caudillo federal. El general unitario Martiniano Chilavert ofrece unirse a los federales para combatir a "los enemigos europeos".

Otro unitario, Rafael Hernández, hermano del autor de Martín Fierro, describe el enfrentamiento con admiración, dejando de lado intereses partidistas: "Los jefes vencedores al elevar el parte oficial a sus respectivos gobiernos, hacían elogios muy honrosos del valor y perseverancia a nuestros bravos, que morían dando vivas entusiastas a la independencia americana (...). Aquel día fue un verdadero triunfo para las armas de Buenos Aires, por el valor heroico que desplegaron nuestros guerreros, y como combate naval, es uno de los más grandes y gloriosos que se registran".

El historiador Ernesto Palacio afirma en su Historia de la Argentina (1515-1943): "Todas las provincias, con sus gobernadores y legisladores, se pronunciaron contra la agresión y ofrecieron sus contingentes para resistir. El glorioso general San Martín escribía desde su retiro poniendo su espada y su persona al servicio de la nación y felicitaba al gobernador de Buenos Aires como defensor de la Independencia Americana".

El conflicto causa grandes pérdidas comerciales a las dos potencias europeas, que deciden iniciar negociaciones de paz en forma separada. Inglaterra firma un tratado el 24 de noviembre de 1849 y Francia el 31 de agosto del año siguiente.

La ley Nº 20.770 establece el 20 de noviembre como Día de la Soberanía. No obstante, los historiadores oficiales -reacios a la controvertida figura de Juan Manuel de Rosas- continúan minimizando hasta el día de hoy el combate de la Vuelta de Obligado. La fecha no se conmemora en escuelas primarias ni colegios secundarios. Los actuales comunicadores siguen ese ejemplo: prefieren recordar los juicios de Nüremberg y la muerte de Franco.

No se debe permitir más que los historiadores que escamotearon el pasado y los analistas light que distorsionan el presente nos roben el futuro. Se debe continuar dando testimonio hasta que la verdad nos haga libres. Hoy la memoria es un arma cargada de futuro.

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Actualidad desde una concepción peronista

  • Mas libranos Señor... de olvidarnos de Perón

    enrique_mallorensEn tiempos revueltos, interesantes y fundacionales, hay que concentrar los esfuerzos y determinar prioridades. No es tiempo de tibios. Ni de los analfabetos políticos, que según Bertolt Brecht, 'son tan burros que se enorgullecen y ensanchan el pecho diciendo que odian la política'.

    Cuando el 8 de diciembre de 1945 se realiza la primera concentración de la Unión Democrática, los líderes de la UCR, del Partido Socialista, los demócratas progresistas, los conservadores y el Partido Comunista hablan a sus seguidores en un palco adornado por grandes retratos de Franklin Roosevelt, Winston Churchill y José Stalin, entre otros. Acompañados y apoyados por la Sociedad Rural y la Unión Industrial, se autoproclaman como los garantes de la libertad y la democracia. 12 días después, el 20 de diciembre, el entonces Coronel Perón promueve y promulga el decreto 33.302, creando el Instituto de Remuneraciones e instituye el sueldo anual complementario o aguinaldo. La Unión Democrática se toma una semana y el día 27 emite un comunicado calificando a la medida como "cruda demagogia electoral". Cualquier semejanza con la actualidad no es casualidad.

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  • EL FEMINISMO DEL PAÑUELO VERDE

    EL FEMINISMO DEL PAÑUELO VERDE

    "El feminismo “del pañuelo verde” que se presenta como un “nuevo paradigma” encuentra como primera premisa de su razonamiento aunque este no lo haga expreso- en el pensamiento de Federico  Engels, por lo que pude ser considerado también dentro de las teoría neomarxistas.

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  • Vecinos y Ciudadanos

    Vecinos y Ciudadanos

    Distintas ideas surgen de cierta impotencia sobre los resultados electorales de la ciudad, expresadas en su gran mayoría en lecturas despectivas sobre los electores del macrismo. Este tipo de análisis en caliente parecen encaminados más a la organización de un éxodo que a la consideración política de un distrito, y no explican nada.

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  • ¿Siempre nos mintieron?

    ¿Siempre nos mintieron?

    Félix Luna y Luis Alberto Romero, los argentinos y la historia best-seller

    He leído (porque alguien me lo pasó fotocopiado, ya que no soy lector de Criterio) un artículo que transcribe una conferencia de Félix Luna y Luis Alberto Romero el 16 de agosto pasado.

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  • Moyano reúne al PJ bonaerense*

    Moyano reúne al PJ bonaerense*

    Será la primera reunión del Consejo partidario desde su asunción al frente del PJ bonaerense. A poco más de un mes del acto que lo confirmó como jefe del peronismo en el primer distrito electoral del país, Hugo Moyano reunirá mañana a los consejeros del justicialismo provincial.

    Moyano decidió convocar el plenario con un doble objetivo: dar las primeras señales para la construcción de un perfil propio en la conducción partidaria y, al mismo tiempo, disuadir a los sectores del PJ provincial que todavía resisten su designación en remplazo de Alberto Balestrini, internado tras sufrir un accidente cerebrovascular.

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  • LA DESIGNACIÓN DE FORSTER Y EL PROBLEMA DEL PENSAMIENTO NACIONAL

    LA DESIGNACIÓN DE FORSTER Y EL PROBLEMA DEL PENSAMIENTO NACIONAL

    El nombramiento de Ricardo Forster al frente una repartición de ambiciosa denominación, vuelve a proponer un tema que viene del fondo de nuestra historia: cómo es nuestra cultura y cuál es su papel en la definición de nuestra identidad.

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  • RE BAJANDO LÍNEAS

    RE BAJANDO LÍNEAS

    El estar presente en distintos debates, que desgraciadamente no son muchos los lugares donde se ofrecen, de a poco uno mismo va formando una sensación de desencanto asociándolo o recordando los tiempos cuando Perón era presidente de los argentinos.

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  • Mariano Grondona vs. La Patria Grande?

    Mariano Grondona vs. La Patria Grande?

    Mariano Grondona, en su columna dominical de la Nación, se refirió al recientemente creado Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego. (Ver http://www.lanacion.com.ar/1429933-la-batalla-cultural-ha-llegado-hasta-la-historia-argentina).

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  • Del trastorno obsesivo compulsivo de la “dirigencia” a las 20 verdades

    Cansado de escuchar a infinidad de dirigentes atribuirse el pensamiento del movimiento político más importante, aglutinador y si se quiere hasta mas complejo de Latinoamérica me puse a investigar el posible diagnostico patológico que más se acercaba a esta “enfermedad” que suele atacar a muchos mareados omnipotentes "conductores". Omnipotentes porque salvo Dios, que es el único que ellos creen los supera, son los segundos pegaditos al todopoderoso que tienen la formidable  capacidad de conocer y ahondar en el pensamiento de una masa tan grande, formidable, dispersa y heterogénea como la perteneciente al Movimiento Peronista.  “El peronismo hoy está enojado”, “el peronismo sabe quién es quién”, “el peronismo no permite a estos infiltrados”, “el peronismo esto”, “el peronismo aquello”.

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  • "La historia la hacen los pueblos" reportaje a Eduardo Rosa*

    eduardo rosa 2Para los seguidores y amantes de la historia argentina, suele ser común escuchar o leer artículos donde se menciona a José María Pepe Rosa como el padre del revisionismo histórico, aunque para su hijo, Eduardo Rosa, esta doctrina "comienza con Adolfo Saldías, discípulo de Mitre, que crea la historia basada en documentos".

    Hecha la aclaración, Rosa se detuvo a recordar una anécdota que, según ase-guró, muy pocos conocen y que sin duda representa uno de los orígenes del revi-sionismo: "Lo único que Juan Manuel de Rosas se lleva al barco después de la batalla de Caseros es su archivo, porque allí se encuentra todo su prestigio. Inclusive, en algún momento, contrata guardias porque sabe que si esa información desaparece pueden llegara convertirlo, como lo hicieron, en un tirano sangriento. Esa documentación llega a manos de Saldías gracias a Manuelita (hija de Rosas), quien la había conservado en buen estado durante mucho tiempo".

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  • KIRCHNER, Un futuro encantador

    patricio_mircovichEs fundamental que nuestros jóvenes comprendan que deben tener siempre presente en la lucha y en la preparación de la organización que: es imposible la coexistencia entre las clases oprimidas y opresoras. Nos hemos planteado la tarea fundamental de triunfar sobre los explotadores, aun si ellos están infiltrados en nuestro propio movimiento político.
    La patria espera de todos ustedes la postura seria, firme y sin claudicación.

    Perón a la Juventud, 1965

    Aquellos que habitualmente consumimos gran tiempo de nuestras vidas en leer y releer historia Argentina ensayamos continuamente trazar paralelismos cuando acontecen sucesos que suelen estremecer al pueblo y darle un giro más que anhelado a las conciencias populares. Y las líneas que preceden, sepan disculpar, están escritas en momentos de suma consternación, reflexión y por sobre todo sumo dolor.

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  • CLAUDIO DIAZ, ADIOS COMPAÑERO!!!

    CLAUDIO DIAZ, ADIOS COMPAÑERO!!!

    El periodista Claudio Díaz, de 52 años, autor de distintos libros, reconocido por haber renunciado como empleado del Grupo Clarín en ocasión del debate público sobre la Resolución 125, e integrante de una cooperativa que administra un canal de televisión en la localidad bonaerense de Haedo, falleció esta noche como consecuencia de un cáncer sin remedio.

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