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CONDARCO: EL AYUDANTE DISTINGUIDO DE SAN MARTÍN

Muy posiblemente este gran militar argentino, elegido por el General San Martín como su ayudante principal, en su foja de servicios, figure  20 años después su empedernida actitud de ubicarse entre aquellos que no deseaban alistarse en los pensamientos de Don Juan Manuel de Rosas, aunque esto no empaña su consagrada aptitud en la lucha por la Independencia Argentina.

Pero si el General San Martín lo nombra su ayudante y le encomienda una de las tareas mas difíciles de aquellos momentos buscando la tan ansiada libertad, es porque este hombre mucho de bien tenía en su aptitud.

Había nacido en uno de los días del año 1780, no era un soldado cualquiera, su espíritu batallador lo llevó a enriquecer sus estudios y llegar a desempeñarse exitosamente cuando diplomáticamente compuso una gran relación con aquellos revolucionarios que desde Chile se oponían al yugo español.

Pero en su personalidad se destacaba una labor atípica, era un gran conocedor en el sistema de explosivos, que lo llevó a ocupar una Dirección en una fábrica de pólvora situada en el centro de la Argentina.

Su amistad con Balcarce lo llevó a mantener una fluida conversación con el General San Martín, desde un tiempo ya estaba a las órdenes de Don Gregorio de las Heras otro héroe de la lucha por la Independencia.

Dentro de su investidura solemne ocultaba una personalidad muy poco conocida, como San Martín era de esos soldados que creían en la guerra de penetración oculta, es decir, era un verdadero “pillo” en aquello de desorientar al enemigo, tanto para espiar en forma secreta como incorporar la mentira para confundir al adversario.

Una acción que deja en la historia póstuma, es la que realizó con su sola presencia el cruce de Los Andes ida y vuelta por diferentes caminos para reconocer y grabar en su memoria los lugares posibles del famoso paso libertador a Chile engañando al propio Jefe español con una argucia típica criolla, acción que conjugó con el propio San Martín, el General español Francisco Marcó del Pont todavía desde su tumba estará maldiciendo su inocencia ante tamaña argucia de estos dos soldados de la Independencia americana, más cuando sucumbió al mando de las tropas dirigidas por el Capitán Félix Aldao, el cura desprestigiado por Don Domingo Faustino Sarmiento, quien lo tomó prisionero.

José Antonio Álvarez Condarco, falleció en Chile el 17 de Diciembre de 1855, sin ningún tipo de tributos estatales, murió tranquilo como esperando ese manto independientista que soñó con San Martín, atrás quedó Argentina , Chile y Perú, su tarea quedó esbozada en cartas del General San Martín a su amigo Guido, “...Mendoza 6 de Mayo de 1816...la guerra de zapa que les hago, es terrible; ya tengo metidos en sus cuerpos ocho desertores, entre ellos dos sargentos, gente de mi confianza, es decir, que han ido en clase de tales. Esto me ha costado indecible trabajo, pero ha sido preciso separar toda sospecha de intervención mía en particular para ocultar este paso”.

O esta otra “...Mendoza Diciembre de 1816...ya voy consiguiendo el que el enemigo se divida, la guerra de zapa vale mucho...”.

San Martín, se refería a lo que habían tramado con Álvarez Condarco, al dividir las tropas del enemigo, del Pont cayó en la trampa tendida por estos héroes de la Independencia.

Condarco, se sonrió, cerró los ojos despaciosamente y su alma cruzó sola nuevamente por dos veces las alturas de la Cordillera, recordó el mapa escrito solamente en su mente, le dio un fuerte abrazó a su amigo San Martín y su mente se posó en una sola palabra, LIBERTAD.

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