De comando civil antiperonista a militante montonero: un peregrinaje recurrente
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Escrito por Aldo Duzdevich
Escrito por Pablo Adrián Vazquez
Escrito por Pablo Adrián Vazquez
Escrito por Francisco Pestanha
Escrito por José María Rosa
Escrito por Francisco Pestanha
Escrito por Rolando Marcelo Guruceta
Escrito por Prensa Nacional Alternativa
Escrito por Pablo Adrián Vazquez
Escrito por Rolando Marcelo Guruceta
Escrito por Pablo Adrián Vazquez
Escrito por Carlos Lema
Durante el Covid 19 han resurgido los debates políticos, en algunos casos para sostener las distintas políticas públicas frente a la pandemia, en otros casos el tiempo libre que genera la pandemia para quiénes no tienen responsabilidad operativas de conducción o laborales les permite más tiempo de pensamiento y desarrollo.
Síntesis de una entrevista a Francisco Pestanha: por Nacho Ordoñez y Roberto Gabaso (para la UNI)
1.- ¿Podría describirnos brevemente que entiende Ud. por “revisionismo histórico”?
Ante todo quiero aclararles que no soy historiador ni nada que se leparezca. Soy un simple argentino que aspiro a reflexionar sobre las cosas delpaís con un poquito de sentido común.
En lo que atañe a su primer interrogante, entiendo que el revisionismohistórico es un genuino y auténtico fenómeno cultural en el más ampliosentido de la palabra. Más precisamente, el revisionismo es un fenómenode resistencia cultural que se originó en razón de la existencia de unasuperestructura represiva, mediante la cual, se intentó privar a losargentinos de aspectos esenciales y profundamente significativos denuestra historia.
Auspiciada por la megaempresa del diario Clarín, se están publicando cuadernillos de la historia argentina bajo la dirección académica del Profesor Luis Alberto Romero. En la primera entrega se aborda el período "1810-1852 de la Primera Junta a Rosas". Nos interesa expedirnos solamente sobre los capítulos dedicados a los gobiernos de Rosas, en las que el autor, que no disimula su antipatía hacia el personaje en cuestión, elabora una interpretación oblicua, sesgada, con ausencia de circunstancias importantes que ayuden a comprender las conductas de los hombres y de las sociedades, con omisión de contextos que dan más luz a los procesos históricos y con gruesas inexactitudes que vienen de la tradición liberal y que creíamos ya eliminados por los aportes hechos por la "Nueva Escuela Histórica" y uno de sus retoños historiográficos, el "Revisionismo Histórico".
Entrevista a Francisco José Pestanha
Por Juan Pablo Borrelli para Peronismo Militante
1. ¿Qué presupuestos sociológicos y filosóficos supone la noción de "Pensamiento Nacional"?
En reiteradas oportunidades hemos sostenido que el Pensamiento Nacional, constituye una verdadera epistemología surgida al calor de nuestra situación periférica.
No es un capricho y son las circunstancias las que me provocan el encontrarme, una vez mas frente a un papel blanco para realizar hoy mas que nunca este mas que merecido homenaje. En este caso a un gran luchador y por sobre todas las cosas "un gran hombre", como lo fue Alejandro Olmos.
Es esta situación del pago de la deuda al FMI la que provoca un sentimiento de derrota, a su vez me renueva las esperanzas sobre una nueva patriada que debemos emprender.
Lamentablemente, y cada vez con mayor preocupación, vemos mas que en nuestra bendita tierra los grandes patriotas están predestinados a morir en el ostracismo, la indiferencia y/o el eterno ocultamiento, no solo físicamente sino que además, las obras, los actos y la ideología que llevaron adelante a lo largo de sus "embarulladas" vidas sea cual fuere la situación que el destino les propusiese enfrentar. Obviamente estas "situaciones" siempre fueron en pos de una Patria Justa, Libre y Soberana.
*Por Bernarda Tinetti
1.- En un artículo titulado "El resurgimiento", Ud. afirmó recientemente que la corriente del Pensamiento Nacional se había revitalizado en estos últimos años. Tal resurgimiento ¿se originó en razón de la movilización política abierta en el actual proceso? ¿Fue motorizada y conducida desde el Gobierno y el Estado por la dirigencia política? O ¿se trata de una sincronía de ambos a partir de las demandas surgidas por y en las controversias políticas e ideológicas que ocuparon la escena pública en estos últimos años?
En principio quiero aclararte que debido a la extensión de esta entrevista tendré que simplificar algunos conceptos.
No cabe duda que un auspicioso proceso de reflexión histórica y política inunda todos y cada uno de los recovecos de la patria. Quienes hemos resuelto consagrar nuestras vidas a meditar sobre las cuestiones del país somos plenamente concientes, a partir de la creciente demanda de nuestras investigaciones, de la existencia de este resurgimiento que – anhelamos- , pueda revertir décadas de coloniaje intelectivo, cultural y económico.
Marcos Aguinis, en "La Nación" del martes 21 (1) derrama sobre sus lectores una bacinilla de resentimientos pre-juicios y fábulas. Y como él no es el único, porque se nota en una recurrente parte de la sociedad una creciente intolerancia pensamos que vale la pena estudiar sociológicamente el fenómeno para ver si tiene cura o debemos convivir con ello mientras no busquen en el extranjero lo que antes encontraban en las fuerzas armadas.
Las últimas elecciones legislativas han generado dentro del peronismo un estado de ebullición que promete alcanzar ribetes sumamente atrayentes. Entre las polémicas que se han desatado, cobran notoria actualidad las diversas tesituras que vienen sugiriéndose para legitimar futuros liderazgos.
Soy de la opinión que tal debate debe partir de un presupuesto básico y primordial: que el peronismo alcanzó el “cenit de su destino histórico” cuando se organizó bajo una modalidad sumamente original, “el movimiento”. El carácter movimientista del justicialismo entonces, no resulta una cuestión menor al momento del intercambio de argumentos, ya que las conclusiones a las que se arriben, dependerán de la posición que se adopte respecto a la vigencia histórica de dicha modalidad organizativa.
Veo llegar gente a la Plaza de Mayo y el biógrafo de mis recuerdos me llevan a la primera vez que fui a la plaza, el 15 de abril de 1953. Esa tarde unos “contreras” (especie que luego fue evolucionando hasta ser “gorilas”) pusieron bombas en la plaza.
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