PINOCHET, LAS MALVINAS Y LOS NO ALINEADOS
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Escrito por Roberto Bardini
Escrito por Administrator
Escrito por Francisco Pestanha
Escrito por Federico Bernal
Escrito por Julia Cao
Escrito por Julia Cao
Escrito por Julia Cao
Escrito por Julia Cao
He leído tu artículo en La Nación del lunes 24 de octubre. Y en verdad, Beatriz, estoy sorprendido, demasiado sorprendido. Casi una página de Beatriz Sarlo en el diario de los Mitre para sostener que si bien hay algunos "motivos económicos", la causa del triunfo electoral de Cristina tiene su explicación profunda en que se trató de la "autoinvención" de una viuda. La lectura de ese artículo me dejó perplejo. Sólo se me ocurre preguntarte: ¿Qué te pasa, Beatriz?
Dado los acontecimientos recientes del fallecimiento nuestro Conductor ex presidente
Néstor Kirchner, y candidato a las próximas elecciones con serias posibilidades de haber sido posiblemente el futuro presidente... ya truncada por la realidad conocida.
Me cuestioné la siguiente pregunta... y creo seguramente de muchos compatriotas... de quién iba a ocupar semejante espacio político en la argentina para conducir la nación. ?
Un 25 de septiembre no puedo empezar de otra manera que rindiendo homenaje a José Ignacio Rucci, el hombre que llevó la lealtad a Perón a un plano definitivamente superior.
Marcos Aguinis, en "La Nación" del martes 21 (1) derrama sobre sus lectores una bacinilla de resentimientos pre-juicios y fábulas. Y como él no es el único, porque se nota en una recurrente parte de la sociedad una creciente intolerancia pensamos que vale la pena estudiar sociológicamente el fenómeno para ver si tiene cura o debemos convivir con ello mientras no busquen en el extranjero lo que antes encontraban en las fuerzas armadas.
Pareciera ser que las definiciones y acciones políticas legadas años atrás por enormes figuras políticas de nuestro país han pasado a ser simple vidrieras, valga la paradoja, para denostarlos. Lo que en algún momento imprimiera Eva Perón sobre nuestra obligación política de que en cada rincón donde encontráramos una necesidad trabajáramos fuertemente en imponer un derecho social, es distorsionado por una realidad que aqueja y crece.
Se dice que Eva Perón murió el 26 de Julio de 1952. Desde entonces, cada año se la recuerda en esa fecha en el contexto actualizado de la historia, según como transcurre en el presente.
No se la recuerda en tiempo pasado, sino en el que acontece en el aquí y ahora.
Se levanta su nombre como si estuviera viva, como llamándola a la cita con un destino colectivo, como diciendo “está presente hoy más que nunca”.
El líder mundial por la democracia y la libertad, Joe Biden (apodado por algunos simpatizantes en nuestro país como “Juan Domingo Biden”), acaba de anunciar medidas de apoyo financieras y políticas al muy democrático gobierno de Ucrania, ante la invasión rusa a ese territorio, para enfrentar al Hitler moderno, Vladimir Putin.
Muchos de nosotros nos preguntamos a diario por qué en nuestra sociedad se demoran, por meses e incluso años, las decisiones y por ende las acciones políticas cotidianas tendientes a mejorar el estado de cosas actual y la calidad de vida de sus habitantes menos favorecidos.
¿Por qué la carencia de resoluciones expeditivas que liberen rápido el camino, al menos, el de las consultas?. ¿Hay algún designio histórico que hace que los suramericanos tengamos que padecer a diario para lograr una entrevista con alguno de nuestros múltiples representantes?
Han pasado ni más ni menos que cuarenta años del retorno de Perón a la Patria. El tiempo y el pueblo que lo abrazó aquel día ha determinado como “Día del Militante” este acontecimiento, donde luego de dieciocho años de luchas, desapariciones, fusilamientos, persecuciones y mas, el Líder retornaba de su exilio.
En estos días, con motivo de la edición de las obras de José Luís Torres (1901-1965), el fiscal de la década infame, la misma editorial me regaló los escritos políticos de Manuel Ugarte (1875-1951), que editó hace unos meses. Dos pensadores nacionales, de dos generaciones distintas, que estuvieron en los albores de la primera guerra por la independencia económica de la Argentina. Aquella que llevaron a cabo miembros de generación de 1910 y que siguieron hombres de la generación del 25.
"Algunos dicen, "que suerte tiene Francia siempre le aparece el hombre que lo salva". ¡No es suerte, es cultura política! Este es un país politizado pero sin cultura política. Nosotros tenemos que trabajar. Claro, que para adquirir cultura política, el primer paso es politizarse. En un país despolitizado la cultura política no es accesible. [...] tenemos que trabajar intensamente en llegar a una cultura política que nos de esa posibilidad... Estas cosas no hay que hacerlas el día siguiente, hay que hacerlas el día antes." Juan Domingo Perón
Alberto Curotto, un viejo militante peronista contaba una anécdota ocurrida en el Ministerio de Trabajo con el Interventor Militar de la dictadura, decía que un día lo había llamado a su despacho y sin mediar ninguna conversación anterior le espetó casi autoritariamente ¡¡Así que usted es Peronista!! No, contestó Curotto, usted está equivocado ¡¡Yo soy muy Peronista!!.
Esta colación viene porque alguno puede pensar que repasando la lectura del General Perón crea que uno está en contra del Gobierno Nacional, todo lo contrario, lo que nosotros pretendemos es que ninguno saque los "pies del plato" que és justamente lo que indicaba el General, por lo tanto, volver al seno del verdadero peronismo no es otra cosa que señalar algunos casos donde puede haber alguna falencia aprovechada por el enemigo de siempre: La oligarquía Argentina, que así la denominó Evita.
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