Skip to main content

La fuerza de la RAZÓN*

Quisimos tener amigos de Facebook, flores artificiales , viajar al cielo y a las estrellas, desgarrar las entrañas de las montañas para extraer sus metales y lucirlos orgullosos, ver quien tenía el arma de destrucción masiva más poderosa y hoy no podemos abrazar a nuestros amigos, no podemos tocar ni oler una flor, no podemos salir a admirar las estrellas en el cielo, ni lucir por las calles una cadena de oro o plata, y un virus microscópico pone en riesgo millones de vidas y no podemos usar ninguna de esas armas.

Dice Byung -Chul Han:” Todo acontecimiento que destruye lo válido hasta el momento, el orden existente, es tan imprevisible y repentino como un acontecimiento natural.  Escapa a todo cálculo y predicción. Simplemente da lugar a un estado de cosas totalmente nuevo”. Puede ser esta una verdad con respecto al Covid – 19. Porque de hecho su aparición fue sorpresiva y demoledora en muchos aspectos

Cada 100 años la humanidad sufre una epidemia o pandemia. Siempre se dio, la falta de avances tecnológicos de medicinas preventivas basadas en el retraso científico, el hambre en grandes sectores de la población. Lo paradójico hoy es que estamos sufriendo una pandemia generada, quizá, por todo lo contrario la tecnología que avanza desenfrenadamente frente a la mentalidad y el espíritu humano que avanzan con lentitud, sumado a una sociedad de consumo que genera en las personas un efecto antihumano, es decir, “no consumo lo que necesito sino que me crean la necesidad de consumir lo que sea que los medios me imponen, la modernidad liquida de Bauman, la rapidación que habla Francisco y la sociedad avanzando apresuradamente pero sin ir a ningún lugar que plantea el general Juan Domingo Perón.”

A esto se suma que la globalización, que todo lo acerca que rompe las distancias y nos permite progresar rápidamente adquiriendo las bondades de los grandes centros de poder electrónica, moda, vinos, también trajo en sus aviones el covid19.

Que le pasa a una sociedad mundial que genera su propia destrucción con un consumismo que está destrozando la única casa común que tenemos, que le pasa a la sociedad que prefiere mantener sus modas, que en pocos meses ya serán posmodernas y vendrán otras, a costa de desaparecer.

Que pasa a una sociedad que se compromete a bajar las emisiones contaminantes en los foros internacionales y no lo hace, o peor aún, como EEUU, se niega a reducir sus emisiones, ¿qué le pasa a una sociedad que discute todavía si debemos priorizar la vida o el consumo para sostener una economía que, en definitiva, si bien todos vivimos en ella, siempre beneficia sobre manera a un pequeño sector? (la riqueza de los primeros 358 multimillonarios globales equivale a la suma de los ingresos de los 2300 millones de personas más pobres que representan un 45 % de la población mundial, como así también solo el 22% de la riqueza global pertenece a los países en vías de desarrollo que poseen el 80 % de la población mundial).

Todos estos interrogantes hacen, por lo menos, que nos cuestionemos ¿cómo un elemento minúsculo, invisible viene a poner en jaque los paradigmas creados de un capitalismo inhumano pintado de distintos colores, ya sea estadounidense, ya sea europeo u oriental disfrazado de rojo?

Hoy surge un replanteo, o dicho más certeramente, hoy el mundo y sus gobernantes que han demostrado otro punto, la carencia de líderes que tengan la agilidad de enfrentar los problemas de su época, salvo excepciones, vuelven a discutir el rol del estado.

Hoy se discute en el mundo lo que aquí el Peronismo realizó y definió hace ya más de 70 años y hoy, los que negaban al estado le exigen a ese estado salud pública, test de diagnóstico, movilización de sus fuerzas de seguridad y militares a fines de asistencia social, inversión científica para crear vacunas o medicación, viajes de repatriación de compatriotas, intervención en la distribución del dinero para evitar el colapso, garantías para realizar la cuarentena  vacunas a los grupos de riesgo… y algunos también le piden que planifique una cuarentena más flexible para no destruir la cadena de producción y evitar más males económicos que devengan en mayores problemas en la post pandemia, pero todos ellos reconocen ahora el rol del estado salvo algún sector minúsculo, respetable pero pequeño que sigue planteando su extinción, tan imposible como irreal.

Lo cierto hoy es que este país, el más austral del mundo el que hace 70 años se animó a plantear frente al capitalismo y al comunismo internacional ambos triunfantes de la segunda guerra, una tercera posición ideológica y practica que propone una comunidad mundial organizada y solidaria, algo que con las excepciones de algunos primeros mandatarios payasescos, crueles o criminales pareciera que asoma tímidamente, por lo menos mientras dure la pandemia.

Y no es menos cierto que el pueblo argentino eligió un presidente como el Sr. Alberto Fernández que asumió el compromiso de conducir el estado y al pueblo para enfrentar este mal y sus futuras consecuencias, sin echar culpas, buscando la unidad de todos los argentinos en un objetivo común (hecho este que desde el intento de pacto social que iniciara el Gral. Perón en 1973 con su retorno al país que se cobrara la vida entre otros de José Ignacio Rucci, no hubo intentos serios de realizar).

No voy a entrar en detalles técnicos sobre lo acertado de las medidas para eso están los técnicos que asesoran y los que gobierna y, sobre todo, por ahora las estadísticas que le dan la razón. Solo plantear que el Peronismo tenía razón en cuanto al rol del estado y para que gran parte de los argentinos, que siempre tuvieron el peronismo en sus manos y renegaban de él mirando las luces enceguecedoras de otros lugares del mundo lo pudieran comprender, debió venir un virus mortal, invisible y cruel para que entendamos que: TENIAMOS RAZON.

Claramente habrá que trabajar con seriedad, habrá que estudiar cada paso en cada una de las etapas: la etapa de la cuarentena rígida, la etapa de la cuarentena flexibilizada segmentariamente y la etapa cuando ya existiendo una vacuna o medicamento se normalice el país.

Mientras tanto DEBEMOS ENTENDER QUE HAY UN GOBIERNO QUE ASUMIO LA RESPONSABILIDAD, QUE NO DEJO LA VIDA AL LIBRE ALBEDRIO DEL MERCADO, Y ENTONCES HABRA QUE SER SOLIDARIO, Y RESPETAR LAS NORMAS DE EMERGENCIA. LO CONTRARIO, MAS ALLA DE CUALQUIER POSTURA IDEOLOGIACA O IDEOLOGISTA, SERÍA EL SUICIDIO COLECTIVO.

Habrá que ver qué posición se toma a nivel internacional, las reglas del juego cambiarán, seguramente, se caerán algunos paradigmas y otros comenzarán, habrá que ver el rol que ocuparán los organismos multilaterales que no pudieron con esto, o que lo facilitaron, y ver de crear otros quizá más regionales, más acordes a nuestra realidad, habrá que rever también el rol fundamental de LOS TRABAJADORES que volvieron a ser ESCENCIALES en medio de esta guerra y el rol de sus organizaciones, revitalizar la idea del trabajo conjunto entre las empresas nacionales y los trabajadores organizados, el respeto, pero LIMITADO a las grandes multinacionales, la situación de los llamados excluidos (que son COMPATRIOTAS  a los cuales no podemos seguir considerando como algunos pretenden o hicieron en los hechos, descartados).

Hoy nos asusta que sean vectores de trasmisión de un virus, mientras que durante décadas gran parte de la sociedad se desentendió de ellos obligándolos a formar sus propias organizaciones para subsistir, debimos haber pensado antes en ellos como personas, más que hoy verlos como vectores de trasmisión (aun sabiendo que fueron otros quienes trasmitieron la enfermedad, y esto no quiere decir que sean culpables, ni estigmatizar a los sectores medios o altos que involuntariamente portaron al enfermedad a nuestro país), sino simplemente analizando la verdad que termina siendo la única realidad a la larga.

Sabemos que la caída de los precios de materias primas, la interrupción de las cadenas de producción, la caída de la demanda turística, el desplome de los grandes compradores internacionales de nuestros productos será un problema de magnitudes. Pero los países que están manejando esto exitosamente, han puesto en el espacio tiempo primero la salud, Israel puso todos su aparato estatal y privado a este respecto, China hizo otro tanto, Rusia, Alemania, El Salvador, en fin, solo los vivos pueden recuperar la economía.

Quizá la actitud de Donald Trump no tenga que ver realmente con análisis científicos sino con un análisis ideológico basado en despreocuparse por sus 40 millones de pobres que no producen, según los estándares del Mercado o sus viejos que solo consumen sin generar, elementos de descarte, otro tanto les cabe a sus burdos imitadores surcontinentales como Bolsonaro.

En fin NO SE ACABARON LAS IDEOLOGIAS NI LAS DOCTRINAS, NO SE TERMINO EL ESTADO COMO GARANTE Y GENERADOR DE BIENESTAR SOCIAL, SE ESTA REPLANTEANDO QUE CAPITALISMO NECESITA EL MUNDO, SE ESTA CONDENANDO LOS EFECTOS DEL LIBREMERCADO  COMO DIOS Y LA SOCIEDAD DE COSNSUMO ILIMITADO QUE PONE EN PELIGRO LA HUMANIDAD , LA TIERRA PARA RESPIRAR TUVO QUE ESPARAR LA APARICION DE UN VIRUS ASESINO NO PUDO CONTAR CON EL CRITERIO Y LA INTELIGENCIA DE LOS SERES HUMANOS Y SUS LIDERES, PAISES POBRES HAN TENIDO MEJORES RESPUETAS A LA PANDEMIA QUE RICOS Y PODEROSOS, SE PONE EN TELA DE JUICIO NO A LA UTILIDAD DE LOS ORGANISMOS MULTILATERALES SINO A LOS ACUTALES, EL MUNDO REPLANTEA LA NECESIDAD DE UNA COMUNIDAD ORGANIZADA .

Quizá así como este virus asesino y cruel, que no sabemos cuánto tiempo se extenderá ni cuantos hermanos asesinará, paradójicamente permitió respirar a La Tierra, así también quizá y solo quizá, permita al ser humano replantearse su Magnitud y Dimensión Trascendente. Quizá podamos entender aquello que Perón expreso en la clausura del primer congreso mundial de filosofía realizado en Argentina en 1949: “El progreso social no debe mendigar ni asesinar, sino realizarse por la conciencia plena de su inexorabilidad. La náusea esta desterrada de este mundo, que podrá parecer ideal, pero que es en nosotros un convencimiento de cosa realizable. Esta comunidad que persigue fines espirituales y materiales, que tiende a superarse, que anhela mejorar y ser más justa, más buena y más feliz, en la que el individuo puede realizarse y realizarla simultáneamente, dará al HOMBRE futuro su bienvenida desde su alta torre con la noble convicción de Spinoza: “Sentimos, experimentamos, que somos eternos.”

 

*http://identidadcolectiva.com.ar/la-fuerza-de-la-razon/
En Facebook: @Identidadcolectivaweb
En Twitter: @idencolectiva
En Instagram: @idencolectiva

  • Visto: 1756