Carta a Antonio Valerga (10-09-1970)
Madrid, 10 de setiembre de 1970.
Al Sr. Antonio Valerga
Buenos Aires
Mi querido amigo:
Recién llega a mis manos su carta del 20 de julio y le agra¬dezco el recuerdo así como retribuyo su saludo con mi mayor afecto.
Recibo regularmente "El Puente" que me envía y que tanto le agradezco. Lo felicito por esta empresa que tanto beneficio lleva a nuestro Movimiento y tanto hace por los principios ideológicos y doctrinarios del mismo. Comprendo asimismo el esfuerzo de todo orden que la publicación continuada del periódico les ha de producir a los que intervienen en su publicación, pero en especial a Usted que soporta la mayor carga. Sin embargo, la utilidad es tanta, que considero que los sacrificios realizados están compensados largamente por los beneficios que producen entre nuestros compañeros.
Coincido con Usted en la necesidad de no embanderarlo en facciones, tendencias y menos aún en las "trenzas" que suelen ser consubstanciales con la existencia de partidos políticos y acción política. Precisamente, he ponderado sin reservas esta conducta del periódico "El Puente" que, actuando con la mayor grandeza, jamás desciende a la lucha pequeña ni trata asuntos parciales y secundarios de la lucha interna del Movimiento: "El Puente es del Movimiento Peronista y por él trabaja, sin inmiscuirse en luchas insidiosas que sólo pueden producir perjuicios a la unidad imprescindible del Movimiento.
Los que estamos en el aspecto de conjunto de la conducción como del adoctrinamiento, debemos ser'una suerte de "Padre Eterno" que bendice a todos los que lealmente sirven a la divisa peronista. Las luchas parciales entre las partes que articulan el Movimiento o entre las fracciones que se forman dentro de él, no pertenecen a la> conducción ni al adoctrinamiento porque suelen ser excrecencias inevitables de los hombres de acción, que pertenecen al fuero interno y a la responsabilidad de los que las promueven. Siempre, por sobre de lo secundario, existe lo principal, que es por lo que se lucha en grande: esa es la misión de todos.
La larga experiencia en el manejo de los hombres me ha enseñado largamente que todos pueden ser útiles al servicio de la causa que servimos, aún cuando algunos parecen apartarse de la línea clara que la lealtad fija. Hay dos clases dé lealtad: la lealtad de corazón que es la mejor; pero también existe otra lealtad que igualmente sirve: los que son leales porque no les conviene ser desleales. Ambas pueden ser utilizadas; todo depende de los recursos del conductor. Por eso también es más prudente, cuando se presiente una deslealtad, tomar las medidas necesarias para evitarla, antes que abandonarse a la fatalidad de un hecho remediable.
La lealtad, para que sea lealtad, ha de ser mutua. Cuando un compañero se desvía, corresponde a nuestra lealtad tratar de encaminarlo antes de abandonarlo a su suerte o su desgracia.
Todos a veces necesitamos un consejo a tiempo y todos somos susceptibles de corregirnos y aún, en el peor de los casos, siempre que no medie una intención malsana, todo puede tener remedio con poco que se haga. La tarea de la conducción como la de los órganos de adoctrinamiento es el servicio al conjunto y a la unidad de acción, sin los cuales nada es posible en ninguna clase de lucha. -
Todo ello lo he visto venir cumpliendo en la prédica de "El Puente". Por eso no sólo encomio el esfuerzo realizado sino también la inteligente y prudente conducta que lí publicación ha seguido en lo que lleva ya de existencia y de labor. Sin duda en mucho ha servido ello para que se note el progreso marcado que caracteriza su difusión y prestigio.
Con respecto a mi colaboración tendré mucho gusto en enviarle periódicamente algunos comentarios para su publicación. Si hasta ahora no lo he hecho, ha sido debido al intenso trabajo que tengo. Miles de argentinos me visitan. Los que me visitan me escriben. Yo contra todos, no puedo. Pero tratándose de una publicación como "El Puente" no sólo tendré el placer de hacerlo, sino que tengo interés de que ello se produzca.
Para iniciar esa colaboración, le remito adjunto una declaración del Comando Superior Peronista con el ruego de su publicación. De la misma manera he de proceder en el futuro con toda publicación que interese al Movimiento.
Le ruego que salude a todos los compañeros de "El Puente" y acepte, junto con mi saludo más afectuoso, mis mejores deseos.
Un gran abrazo.
Firmado: Juan Perón.
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