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Carta Sr. Miguel A. Pérez Gaudio (20-02-1971)

Madrid, 20 de febrero de 1971.

Al Sr. Miguel A. Pérez Gaudio

Revista "Aquíy Ahora" Córdoba

Mi querido amigo:

A mi regreso a Madrid luego de una corta ausencia me encuentro con su carta y la de su hermano. Comienzo por pedirles disculpas, pero mi tardanza se ha debido a otras ocupa­ciones que me han mantenido fuera de Madrid durante casi veinte días. Al contrario de lo que pareciera, alguien tiene que ocuparse de lo continental, para que Ustedes allí puedan hacer la lucha con mejores posibilidades futuras. La responsa­bilidad de la lucha táctica debe estar en manos de la juventud peronista, que tantas muestras está dando de su capacidad y de su heroísmo. Los jóvenes tienen también la obligación de luchar por el futuro como también el derecho de hacerlo, desde que serán ellos los que han de sufrir o gozar las conse­cuencias del quehacer actual.

He leído las revistas "Aquí y Ahora" de enero y febrero de 1981, que han tenido la amabilidad de hacerme llegar y no pue­do sino felicitarlos por su extraordinario contenido y la valentía con que Ustedes sostienen esa trinchera por la liberación de la Patria y la soberanía popular. El contraste que su contenido presenta frente a "la prensa" entreguista y mercenaria, es su mejor elogio y el mayor timbre de dignidad para sus autores y colaboradores. Debo agradecerles especialmente la reacción de "Aquí y Ahora" por la publicación de la Revista "Panorama" sobre Eva Perón, aunque la calumnia, la diatriba y el insulto suelen ser homenajes que se rinden a un mérito o a un valor, de manera que, cuando los enanos destilan su veneno, no hacen sino añadir laureles a los que lo han merecido.

Ustedes reflejan con reaüdad y honestidad la situación argentina, porque si hasta 1966 el "problema argentino" era la amenaza de desastres que pesaba sobre el país, desde esa fecha, producido el desastre, el "problema argentina" ha pasado a ser la dictadura militar que lo azota con su incapacidad, sus concupiscencias y arbitrariedades. En consecuencia, nuestra misión como Movimiento Nacional Justicialista, ha pasado a ser la lucha contra esa dictadura, por la liberación de la Pa­tria y la soberanía de su pueblo. Córdoba tiene la fortuna de tenerlos a Ustedes que, con una prédica digna de la mejor ponderación, mantienen encendida la llama de todas las reivin­dicaciones populares. Por todo ello no sólo les hago llegar mi encomio, que, en boca de un proscripto como soy yo, adquiere su valor, sino también mi exhortación a seguir adelante, pese a las infamias que presupone el hecho de hacerlo contra la barba­rie y la arbitrariedad de los gobiernos que actúan al margen de la ley y la decencia.

En el mundo que nos está tocando vivir, ésa es la posición de los hombres de bien que justifican así su destino; porque la la complacencia de los cobardes, que subordinan todo a la "pi­tanza" suele ser un sudario de infamia que les acompañará hasta en la tumba. Tristes días son para los argentinos que deben sufrir necesidades materiales, pero mucho más tristes son cuando a ello se suman las miserias morales que algunas veces las acompañan. Cuando leo algunas publicaciones, no me puedo explicar cómo los valores espirituales pueden haber descendido tanto en nuestra Patria y cómo algunos hombres pueden llegar a tanta bajeza.

Enfrentar todo ello será nuestro mayor timbre de honor porque, a la larga, nunca la infamia ha podido con la honradez, como tampoco la mentira ha podido con la verdad. Lo que más admiro en Ustedes es la franqueza con que expresan la realidad, porque la verdad habla siempre sin artificios ¿Cuántas "Aquí y Ahora" están haciendo falta en nuestro país, porque si las revo­luciones necesitan un "realizador" requieren también de "cien Mil predicadores"

Durante años escribí en el Diario "Democracia" con el seudónimo de "Descartes". Se debió a una circunstancia for­tuita que yo eligiera ese nombre: resulta que Descartes solía firmar con el seudónimo "Perón" (que era el apellido de un famoso geógrafo francés) Yo, sin tener nada que ver con ese apellido, por consecuencia con Descartes, firmé Descartes...

Pero ese seudónimo mío ha sido muy conocido en el país y si yo lo volviera a emplear, no tengo la menor duda que todos los peronistas lo reconocerían. Yo escribía entonces todos los jueves un artículo de fondo que se titulaba: "Política y Estra­tegia" — "No ataco, critico".

Como yo tengo mucho trabajo, tal vez no pueda hacerlo semanalmente, pero sí podría arreglarse para hacerlo mensual o bimensualmente, de acuerdo a mis posibilidades. Ustedes dirán si ello es posible y si puedo comenzar mi trabajo.

En el caso de que Ustedes lo aceptaran así, comenzaría con un tema que no llamara mucho la atención de la dictadura, para ir paulatinamente cargando la mano al asunto político interno, a fin de evitarles a Ustedes toda represión directa de la dictadura. No tengo la menor duda que, tan pronto como la dictadura o sus agentes individualizaran el seudónimo, se le echarían encima. En cambio, empezando despacito y sin llamar mucho la atención, quién sabe hasta dónde podemos llegar.

Córdoba ha pasado a ser el "Centro de Gravedad" de la revolución y Ustedes la tribuna revolucionaria. Hay que sos­tener la Revista en cuanto sea posible, porque es preferible decir algo que no poder decir nada. No se me escapa las ganas que tendrán los "gorilas" de liquidarla pero, como son unos simuladores indecentes, también quieren dar la impresión de una "libertad de prensa., que, aunque no exista, por lo menos ayudan a mantener las formas exteriores y eso les impide tomar las cosas a la tremenda, como son sus inclinaciones y serían sus deseos. Al tramposo, no hay más remedio que jugarle con trampas.

Muchas gracias por todo. Quedo aquí a la orden. Le ruego que salude a todos los compañeros de la Revista y los felicite en mi nombre, como asimismo que acepte, junto con mi saludo más afectuoso, mis mejores deseos.

Firmado: Juan Perón

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