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Carta a Jorge Antonio (02-01-1956)

Colón, 2 de enero de 1956.

Al Sr. Jorge Antonio Buenos A ires

Mi querido amigo:

Desde que nos separamos en la Residencia el día 19 de septiembre he pensado en el error que cometió al no salir conmigo ese día. He sufrido con Usted los vejámenes de esos miserables que en toda su vida no hicieron por el país lo que Usted hizo en un día.

En cuanto lo pongan en libertad salga de allí. Esa es gente sin conciencia y sin escnipulos. No se quede, escuche esta vez. Si le es posible véngase por aquí que tenemos mucho que hablar sobre el futuro. Creo que ahora más que nunca es necesario accionar inteligentemente. Los hemos de doblegar y entonces será para siempre. Las empresas se pueden reconstruir, Usted no. Entre Usted y yo podemos levantar el mundo contra esta canalla. Tenga fe en el Pueblo, allí están los valores. Con ellos los aplastaremos. Es cuestión de tiempo; Usted es joven y yo creo que todavía les voy a dar mucho trabajo.

Yo vablé aquí con el Doctor Mayoral. El le hablará a Usted en cuanto llegue a Buenos Aires. Esté seguro que esto no va a durar mucho; se está accionando con energía y espero que dentro de poco se aumente esa decisión y esa energía. Con lo recibido yo duplicaré la acción; era precisamente lo que me faltaba.

Muchas gracias por su recuerdo. Recibí a su amigo de Montevideo que me trajo todo. Espero ahora emplear bien ese todo.

En cuanto salga hable enseguida con el amigo Raúl Lagomarsino (el de los sombreros) que le informará de todo.

Yo estaré en Pan^iá mientras sea conveniente y cuando convenga acercarme iré a Brasil o a Chile, lo que sea mejor. En caso de cambiar de opinión le haré saber oportunamente.

Mi contacto en Chile: María de la Cruz; en Brasil, el Doctor Gerardo Rocha; en Paraguay, Ricardo Gayol; en los demás países en caso necesario le indicaré. Hay contacto en todos. Cualquiera de ellos se conecta en el día conmigo.

Espero verlo pronto aquí o allí, donde sea posible. Ya llegará la hora. Cometí un gran error: creer que se podía hacer una revolución social incruenta. La próxima dejaré pálidos a los comunistas. La oligarquía debe desaparecer y desaparecerá a cor D o a largo plazo. Recién hemos empezado. Después de esta depuración y purificación la cosa irá en serio y, entonces, que se ajusten los pantalones.

Un gran abrazo y que 1956 nos sea más propicio.

Firmado: Juan D. Perón.

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