Carta a Jorge Antonio (01-06-1973)
Madrid, 1 de Junio de 1973.
Señor Don Jorge Antonio.
Querido Jorge:
Le envío ésta con Giménez para avisarle que voy a viajar a Barcelona para que nuestro amigo el Doctor Puigvert se dé el "gusto" de hacerme otro "pinchazo" y una revisión.
Me preocupa la Patria y, en consecuencia, la salud que necesito para servirla. No quiero alarmarle, pero en la estrategia, como en la medicina, es mejor prevenir que curar. La conducción superior impone planificar y no improvisar. Son muchos los que andan con su "gallito bajo el brazo" y habrá que sacarles la careta. Pocos son los hombres que me quedan en reserva y entre estos cuento con Usted y el camarada Dalla Tea, hombre éste que por su formación, el prestigio ante sus pares y el amor a la Patria que me ha venido demostrando en las conversaciones que hemos tenido desde que Usted me lo trajera, lo evidencian para la acción futura.
Mi opinión, en lo fundamental, es la necesidad de unir y, en ésta tarea, para las necesidades futuras, me anticipo a pedirle a Usted, y a la vez al Coronel Dalla Tea, que ante cualquier emergencia, no deben perder el menor tiempo porque el "hierro se ha dé doblar en caliente". La excelente situación no debe malograrse; éllo me da autoridad para responsabilizarlos en continuar la tarea de conseguir la unidad nacional, unir Pueblo y Ejército, evitar la violencia. Hay que seguir uniendo a los nuestros, a los enemigos —a los que nunca hay que menospreciar- UNIR, nunca dividir. En los sindicalistas no encontrarán problemas, éllos solos se unirán, la unión de que siempre les he persuadido los hará fuertes. Al Pueblo hay que darle Paz y prosperidad; hay que sacarlo de ese pozo en que lo han sumido una pequeña camarilla de "milicos" que no han estado en la grandeza y han permitido la descapitalización y el colonialismo.
Usted y el camarada Dalla Tea, si algo pasara, deberán de ser solo Padre Eterno que bendice "urbe et orbi" que es la única forma de unir. Para ello tendrán que soportar de todo, desde la insolencia hasta la impertinencia; pero bien vale la pena para la tarea a que los emplazo de unir a todos: Pueblo y Ejército, cortando inexorablemente todo movimiento provocativo de dividir, arma que siempre usaron los Gobiernos de turno.
En política, no me cansaré de repetirlo, hay la necesidad de agotar todos los medios que conduzcan hacia la unidad y solidaridad de todos los argentinos.
A mi regreso de Barcelona, si todo sale bien, le telefonearé para que nos podamos encontrar e interiorizaarle, antes de mi marcha, de cómo veo las cosas y cuales son mis proyectos inmediatos.
Cariños para los pibes y un gran abrazo para Usted.
Firmado: Juan D. Perón
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