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Cartas de Rosas

Carta de Rosas a Quiroga (03-11-1831)

Villa del Rosario, 3 de noviembre de 1831.

[Copia]

Mi querido buen amigo Señor General Don Juan Facundo Quiroga.

Expresé a usted en una de mis anteriores, que el asunto del cese de la Comisión con arreglo al artículo 15 del Tratado solemne celebrado a 4 de enero del presente año en la ciudad de Santa Fe, sería uno de los puntos de mis conferencias con el Excelentísimo Señor General en Jefe del Ejército auxiliar confederado en la entrevista que íbamos a tener. Ésta ha tenido lugar en la Villa del Rosario y su desenlace ha sido el que sigue:

El Excelentísimo Señor General en Jefe escuchó con detención las razones demostrativas que expuse para convencer que la Comisión representativa de los Gobiernos litorales de las Provincias no tenía ya objeto en las circunstancias; y que desde que éste era un hecho, su permanencia, lejos de ser útil, cuando ya palpablemente se veía puesto en juego el elemento de los unitarios, la arma de la intriga, la discordia sucedería a la armonía; pues ellos sabrían también introducir con suceso las desconfianzas y la división de un cuerpo desocupado y compuesto de hombres en que uno solo que hubiese que confundiese el objeto de la salud pública con otros intereses, bastaría para preparar males muy temibles y funestos

El Señor General López posesionado de las razones que le manifesté, conociendo el buen deseo que me movía a producirlas, se habría decidido, si no hubiese sido que los pueblos restituidos a su libertad e independencia, al pronunciarse por su adhesión al tratado, no lo hubiesen hecho bajo el conocimiento de que mandarían sus diputados a la comisión representativa, en cuyo concepto ya algunos Gobiernos los tenían nombrados.

 

No obstante que esta consideración, amparada con las razones que expuse, lo reputaba de segundo orden y subalterno; con todo, el respeto debido al órgano que la produjo; el que he consagrado siempre a la voluntad de los pueblos de cualquier modo expresa, y el puntó de conciliación a que arribamos, porque sin el pronto cese de la comisión se contuviese el vuelo a los males y peligros de su permanencia, me hicieron convenir en que la comisión podría continuar; pero hasta el momento de la libertad y de la paz de todos los pueblos de la República Argentina, en cuyo caso la misma comisión procedería a hacer la declaración solemne de su cese de conformidad con el artículo 15, manifestando que la atribución que designa el artículo 16 era irrealizable hasta que el tiempo, los sucesos, y el estado de los pueblos marcase la oportunidad de la organización general.

En estos precisos términos quedó conciliada la continuación de la comisión, de modo que su duración no propasase del período de la paz general. La experiencia esa fué la práctica del hombre pensador, nos muestra que si hasta entonces puede la comisión representativa no ser peligrosa, no así después de pacificada la República. <¡De qué podrían ocuparse los Diputados luego de libertadas las dos Provincias, Tucumán y Salta? ¿Sería acaso de la invitación para la organización general, por medio de un congreso federativo? Yo creo que la disconveniencia e inoportunidad de esa misma invitación la he demostrado evidentemente en la carta de mi referencia. El insistir pues en esa reunión, según mi modo de pensar, antes que cada provincia se arregle, se tranquilice interiormente y se presente marchando a su engrandecimiento, sería la reseña que de nuevo se diese a los aspirantes, a los inquietos y a los intrigantes.

En mi concepto varios son convenientes al presente [.. .roto] ...nes de Diputados nacionales que se entretengan [roto] ... tiones políticas, convenientes a la organización general. Desde que se hiciera lugar a discusiones de esta naturaleza en la actual época de crisis en que las pasiones se hallan en agitación, en que el reposo y el descanso aún están distantes y las recíprpcas confianzas aún sin afirmarse sucedería que los desahogos y la división todo lo trastornarían, y de nuevo nos veríamos hundidos en males y desgracias sin remedio, con franqueza he dado a usted el resultado de la entrevista con el Señor López en esta parte y le he reproducido mis sentimientos con respecto a la organización general. Sería infiel a los que me hicieron consagrar a la vida pública si no los exprimiese cuales los concibo. No me cansaré de repetir que la organización general debe predisponerla la particular de cada Provincia. Cuando cada una tome el acierto fijo que indique su marcha, entonces podrá juzgarse de la relación en que deba ser considerada con respecto a las demás. Entonces también los hombres de saber, de aptitudes morales y patrióticas se franquearán a representar en el Congreso federativo.

 

En razón pues de las consideraciones expuestas nada más me resta decirle, sino que puede usted hacer que las respectivas Provincias que oyeren su consejo sean inclinadas a que manden su Diputado a la Comisión Representativa, siempre que la opinión de usted estuviere de acuerdo con la mía, procurando en este caso instruir que los diputados que nombraren deben venir bajo el convencimiento de que la comisión debe cesar en el momento de verificada la paz general según ya se lo he manifestado".

De usted...

Juan Manuel de Rosas

[En Archivo General de la Nación. 5-28-1-5.]

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