El hombre puede desafiar cualquier contingencia, cualquier mudanza, favorable o adversa, si se halla armado de una verdad sólida para toda la vida.
QUÉ PASA CON MALVINAS?
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Escrito por Enrique Oliva
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Durante el Covid 19 han resurgido los debates políticos, en algunos casos para sostener las distintas políticas públicas frente a la pandemia, en otros casos el tiempo libre que genera la pandemia para quiénes no tienen responsabilidad operativas de conducción o laborales les permite más tiempo de pensamiento y desarrollo.
Los intentos por instaurar un Nuevo Orden Mundial hacen sentir sus consecuencias en forma recurrente sobre la ya debilitada soberanía del estado-nación. Ni hablar si los estados mencionados pertenecen al ámbito de países periféricos; con su consiguiente dependencia de las metrópolis centrales. Es la situación típica que sufre un país semicolonial (y la Argentina lo es), entendiendo como tal, a aquél que, siendo formalmente independiente –esto es posesión de símbolos patrios, elección de "autoridades", administración de gobierno, etc-, permanece dominado cultural, financiera y económicamente (y por ende políticamente) por una o más potencias imperialistas, que expolian sus recursos, traban su desarrollo; en pocas palabras: le quitan su soberanía.
Una larga lucha posibilitó el ejerció del sufragio. De las elecciones en el Cabildo a los votos condicionados por la oligarquía porteña, pasando por las elecciones populares junto a las tacuaras alzadas de las montoneras reafirmando el liderazgo de los caudillos.
Caseros y Pavón mediante, el Patriciado prefirió la formalidad republicana con restricciones al derecho de votar. Con el tesón de Yrigoyen y la lucidez de Sáenz Peña se impulsó la ley homónima de voto secreto y obligatorio. Nuevos actores participaron de la comunidad política, contando con el rechazo de los factores de poder expresado en el golpe del '30.
Pasaron muchos años y todavía se sigue hablando de los militares, de montoneros, del ERP y de la Triple A, es cierto, debemos tener memoria, pero también es cierto, que esa memoria, debe ser para todos igual en lo que la justicia respeta.
No es ninguna novedad la continua persecución y proscripción que soporta el verdadero Movimiento Peronista –entiéndase no pejotismo- y por sobre todas las cosas el pensamiento de nuestro recordado e inmortal Juan Domingo Perón, que nosotros mediante espacios como este defendemos, y estén seguros que si fuese necesario, muchos lo haríamos hasta con la vida.
Podríamos afirmar que todas estas actitudes antinacionales y vende patrias antecedidas entre otras a la de un 3 de Febrero de 1852, prosiguieron en Junio de 1955 con un brutal bombardeo cobarde, aun impune, cuyos actores principales, aquellos mismos que presionaran el botón que soltasen las bombas sobre el pueblo en Plaza de Mayo, hoy se jactan orgullosamente de lo acontecido y se rasgan las vestiduras declarando "lo volvería a hacer". Aquí no hubo ni habrá justicia.
Por donde se lo mire, ya sea desde los últimos momentos de vida de Perón, con Isabel, con los golpes de estado, con los presidentes radicales y hasta con los propios presidentes “peronistas” de cualquier lado y forma, nos están robando al peronismo.
Julio Roca nació de una familia argentina prominente y rico en Tucumán el 17 de julio de 1843. Él recibió un grado de la Escuela Nacional de Uruguay. Cuando tenía unos quince años, se ofreció como voluntario para luchar por las provincias del interior en la lucha contra las fuerzas de Buenos Aires y se encargó a un subteniente. A partir de entonces se mantuvo en las listas de militares por un período de 55 años de servicio continuo.
Ojalá que muchos formadores de opinión dejen de lado un poco el ego y la plata que les dejan los grandes contratos para poder contribuir a la formación de la conciencia nacional.
Algunos periodistas, de mucho prestigio y buenísimos negocios, amenazan con convertir las diferencias de criterios en peleas en el lodo, remedando algún ring circundado por gente rica y muy entusiasta a la hora de redescubrir las miserias de la condición humana. Alguna vez, para contestar por qué tenía una prosa tan severa con los avaros y los egoístas, Balzac dijo: “La sociedad francesa habla por mi pluma.” ¿Creerá Jorge Lanata, por ejemplo, que insultando a Orlando Barone logra expresar a la sociedad argentina a través de su cascada voz? Desde ya, cuando se degrada el debate entre comunicadores, pierde la sociedad, pierden los lectores o televidentes. Aunque, paradójicamente, aumente el rating o el interés público. Convengamos que no es nueva la adicción a la estupidez humana.
Marcos Aguinis, en "La Nación" del martes 21 (1) derrama sobre sus lectores una bacinilla de resentimientos pre-juicios y fábulas. Y como él no es el único, porque se nota en una recurrente parte de la sociedad una creciente intolerancia pensamos que vale la pena estudiar sociológicamente el fenómeno para ver si tiene cura o debemos convivir con ello mientras no busquen en el extranjero lo que antes encontraban en las fuerzas armadas.
El hombre puede desafiar cualquier contingencia, cualquier mudanza, favorable o adversa, si se halla armado de una verdad sólida para toda la vida.
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