José Ignacio Rucci
(Reflexiones de José Ignacio Rucci al recibir una amenaza de las tantas: un Adiós)
Qué haremos si los que están se van
si los que luchan desertan.
Qué haremos si deja el centinela el puesto
si el enemigo irrumpe en medio de lo nuestro.
Qué haremos Dios, si los que tienen que afirmar refutan
si los que deben preocuparse no se inmutan.
Qué haremos si los que tienen Fe reniegan
si los que deben jugarse no se juegan.
Qué haremos si la Memoria olvida
si vamos por el Tiempo como muertos en Vida.
Qué haremos si nada vale nada
si perdemos, la cuenta.
Qué haremos si todo da lo mismo
si la Patria está en venta.
Qué haré yo con mi muerte si se empieza a gastar
si después de los lutos nadie sale a vengar.
Qué haré yo ya después de muerto
si nuestros compañeros no marchan por el camino cierto.
Morir
morir nuevamente.
De nuevo morir
definitivamente.
Qué haremos con los bolches de la otra vereda
que ensucian lo que tocan:
Juventudes
Tradiciones
Banderas
Qué haremos si todos los marxistas
sacan Carta de Patria o de Ciudadanía
municipalizando la total bastardía.
Pasarles por encima.
Pasarles por encima.
Pasarles por encima.
Si me pasa algo, si me llega a pasar
que nadie tenga dudas:
sólo los sucios bolches y los inmundos trotskistas me pueden atentar.
II
Que me van a matar
que acabarán conmigo
que Rucci prepárate
que el cerco está tendido
que sabemos tus planes
que lo tenias merecido.
Mientras tanto
Nosotros nunca nada
nosotros sordos mudos
nosotros con lo justo
nosotros siempre al día
nosotros sin Taliones
nosotros, sin esta boca es mía.
Mientras tanto, los traidores están entre nosotros.
En los Monseñores concubinados y los sacerdotes marxistizados.
En la Prensa corrupta, vacía, cipaya, judía.
los militares iguales, fraternales, liberales.
En esta Cultura de Quema: bastarda, vencida, blasfema.
En la Moral de lo Fácil.
En las palabras con su sentido abortado.
(Léase: gloriosos montoneros, léase Patria, a secas).
En los Símbolos usurpados: Estrella Federal.
En los que extienden el brazo en alto hacia adelante con
los dedos en V, bastardeando el Saludo Romano.
Y hay muchos más damnificados.
Por favor, todos lo sabemos.
Mientras tanto, los traidores están entre nosotros.
Si me pasa algo, si me llega a pasar
que nadie tenga dudas:
solo los sucios bolches y los inmundos trotskistas me pueden atentar.
III
Yo volveré ‑si muero‑ si en esencia no muero
en cada 17
y en cada 1 °
en cada peronista, en cada compañero.
En la Tranquilidad o el Mate o el Boxeo
en los chicos a cuestas
si llega el verano.
En las tardes de fútbol
como un nombre cualquiera,
o hablando en la cocina de cosas pasajeras.
Yo volveré ‑si muero‑ si en esencia no muero
por la calle Azopardo en alguna asamblea,
en cada metalurgia
tal vez en entreveros,
en lecturas de Rosas o paseos domingueros.
Yo vendré en la emoción de un encuentro fatal
yo vendré junto a Ella
y junto al General.
En cada 17 y en cada 1°.
En cada peronista, en cada compañero.
Si me pasa algo, si me llega a pasar,
que nadie tenga dudas:
sólo los sucios bolches y los inmundos trotskistas me pueden atentar.
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