Hablemos del Campo Argentino (Desde Rivadavia hasta Perón)
El “ compañero” Rivadavia comenzó a ejecutar sus deberes a partir de 1825, de común acuerdo con la corona británica, era sabido que se estaba gestando un movimiento contra los reyes de España con una campaña libertadora que ya había conseguido ganar un lugar en sus primeros pasos.
Pero Rivadavia no estaba dispuesto a entregar al floreciente rico país a unos defensores de la unidad nacional que pensaban hacer una Patria Grande con gauchos e indígenas incluidos.
Por este motivo comenzó a delinear una política de entrega dentro del cual tenía el firme propósito de formar una élit comercial que maneje los destinos del País, fue el primer llamado oficial para la iniciación del Partido Unitario.
Un 15 de Febrero consolidó la deuda contraída con la Inglaterra y propuso como garantía todas las tierras de la Provincia de Buenos Aires, así comprometió al país y través de la Ley de Enfiteusis encubiertamente comenzó a realizarse la compra y ventas de tierras, antes de esta etapa concedió a diferentes e importantes intelectuales grandes fracciones de tierra las cuales se medían en aquel tiempo por leguas ( 5.200 mts, en Argentina, ya que esta medida variaba según el país), algunos recibieron hasta 100 leguas
De esta forma favoreció la concentración de latifundios y dejó en manos de sus conocidos, que aportaban un pequeño canon al gobierno, para que personalmente y en forma encubierta arbitrar medios para transgredir medidas impuestas y poder traspasar dominios en forma disimulada.
Con estos conceptos políticos no hizo otra cosa que amparar a los grandes terratenientes desamparando al desdichado gaucho argentino, según consta en Encarta 2006, “…consiguió en el tiempo que 293 personas poseyeran 8.600.000 hectáreas”.
A consecuencia de ello, el gaucho originario de estas tierras y debido a sus costumbres errantes, fue desplazado de la sociedad que se articuló para sostener la política ganadera que perdura actualmente en el país.
Este tipo de medida, también tuvo como gestión el ocultamiento y la mentira, ya que el 28 de Septiembre de 1825 se dispuso que “…quienes sin previo aviso se hallaren ocupando terrenos del Estado” gestionasen dentro de los seis meses una concesión en enfiteusis si poseían más extensión de una suerte de estancia. Pocos de los ocupantes estaban en condiciones, y muchos ni se enteraron del decreto, por lo tanto se resolvió desalojarlos irremisiblemente. La política agraria de Rivadavia empezaba, pues, por el desalojo de quienes trabajaban la tierra”.José María Rosa. Historia Argentina. Tomo 4. Pág. 17.
Es lógico pensar, que los que se quedaron con las leguas del campo argentino fueron los amigos de Rivadavia, al cual Sarmiento en su libro “Los Caudillos”, expresa que no lo entendieron, sin expresar que el Presidente de la Republica, a quien defendía, era accionista de la Sociedad Rural.
Otra de las situaciones aberrantes otorgadas, era que las concepciones eran renovables a perpetuidad, es decir, con solo abonar un pequeño canon, eran dueños de una porción de la argentina, un ejemplo al día de hoy, si una hectárea en la zona pampeana tiene un valor aproximado de $ 23.000,00 abonaría por ella $154,00, con el agravante que la tasación la efectuaba un grupo de vecinos, era como si nuestros parientes o nuestros amigos nos tasaran nuestros patrimonios y nos indicaran lo que deberíamos abonar.
Con gran pomposidad se creó el Departamento Topográfico y Estadístico encargado de llevar el Libro de la Propiedad Pública, nunca se llegó a implementar, por lo tanto, no se tasó, no se cobró, y todo siguió igual, los dueños desde ese momento fueron los amigos de Rivadavia.
Así fue, el primer presidente de la República Argentina Don Bernardino Rivadavia, el gran amo del Sillón presidencial, duró en su cargo: UN AÑO Y UN PAR DE MESES.
En ese corto lapso fue Presidente de tres Compañías Británicas que el mismo organizó con la corona británica, y usurpó la autonomía de las provincias, se adueño de la minería y la agricultura sin saber vaticinar el desorden institucional que provocaría en las diferentes provincias con estos criterios.
Manuel Dorrego lo denunció, por eso fue fusilado por Juan Lavalle, General Unitario.
Enfiteusis: censo en el que una persona cede a otra el dominio útil de una finca, reservándose el directo y el derecho a percibir del enfiteuta una pensión anual en reconocimiento de este dominio.
Para poner en claro la creación de esta Ley de Enfiteusis: Se creó porque debido al crédito que solicitó Rivadavia a la corona británica, puso como garantía las tierras de la Provincia de Buenos Aires, por lo tanto nadie podía vender nada, es decir, hipotecó la provincia.
La historia de Rivadavia y el campo finaliza en poco tiempo, hubo de pasar algunos años para que el campo y las tierras volvieran a una regular normalidad.
En esto tuvo que ver el Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas, primero con la creación de la Ley de Aduanas, el 18 de Diciembre de 1835, según José María Rosa. Historia Argentina. Toma 4. Pág 218. “…con espíritu proteccionista, se establece, para los artículos importados, derechos que varían entre el cinco y el cincuenta por ciento(…) y se prohíbe la introducción de cuanto nosotros producimos, por ejemplo: Cinchas, cojinillos, maneadores, maíz y herraduras”, para Aníbal Torreta, Dirigente de la Juventud Sindical, en charla sobre la vida de José Ignacio Rucci. Pensamiento Nacional “…fue la primer Ley obrera, ya que salvaguardaba la producción nacional”.
En estos párrafos hay una singular situación a la cual le debemos prestar mucha atención: Se importaba el Maíz, tema que a los productores argentinos de hoy, se le debería recordar, ya que hasta aquel momento los gobiernos eran de gran corte liberal, la política que muchos apoyan actualmente.
Pero para tomar más en cuenta este problema y reflejarlo en toda su plenitud. Juan B. Justo. La teoría Científica de la Historia, Manifiesta “Rosas…el único que repartió la tierra entre los pobladores de la campaña”, y como el campo no transita solo en la consolidación de una Patria Grande “…mientras Rivadavia distribuyó novecientas cuarenta leguas entre nueve personas y mil trescientas entre quince, Rosas realiza con esta ley una gran obra a favor del pueblo y del progreso del país pues la ley protege a las manufacturas criollas, a la agricultura y fomenta el surgimiento de la industria fabril”
El anterior, un muy buen enunciado para comparar con lo que sucede en estos días y tratar de entender cuales son las pretensiones de los dirigentes del campo, si es monopolizar las actividades en beneficios de unos en detrimento de la mayoría de los trabajadores o realmente subsanar la situación, cuestión que muchos de los pequeños productores no se animan a decir y terminan entregando su patrimonio a estos mercenarios inescrupulosos y apuntan sus protestas en lugares equivocados porque no son capaces de enfrentar a su verdadero enemigo, salvaguardando que a algunos funcionarios también le quepa este “sayo”.
De pronto un 10 de Mayo de 1836, la política agraria de Juan Manuel de Rosas tomó vuelo, habría que ver en el día de hoy quienes son los que están de acuerdo suponiendo que se efectivice una nueva ley agraria, porque todos opinan, pero cuando hay que ejecutar, los mismos que pregonan su promoción después anteponen sus propias ambiciones.
“…tuvo por objetivo la colonización efectiva de la tierra por pequeños propietarios ayudados por el Estado, quitándola a los enfiteutas que la detentaban en grandes extensiones (…) a pesar de las garantías a los empréstitos. Sacaba a la venta mil quinientas leguas cuadradas”. José María Rosa. Historia Argentina. Tomo 4. Pág 239.
Los efiteutistas comenzaron a tener grandes problemas, ya no estaba Rivadavia que los defendía, había llegado la ley que amparaba a grandes propietarios, como a chicos productores, a partir de 1838 los enfiteutas que no comprasen las tierras que tenían en concesión debían pagar un aumento del 100% sobre los derechos que abonaban actualmente .Libro de la Historia Argentina. Jorge Perrone. Rosas termino con el alquiler proteccionado.
Comenta José María Rosa. Historia Argentina. Tomo 4. Pág 242 “…durante el gobierno de Rosas no hubo protesta, a los menos formal, de los representantes británicos o de los tenedores de títulos del empréstito Baring por la venta de tierras públicas que lo garantizaba. Solamente después de caído Rosas, Sir James Giró, representante de Baring, apoyado en el Cónsul inglés en Buenos Aires, Frank Parish, levantó una formal protesta por la donación de las tierras hipotecadas (por Rivadavia) y entregadas por Rosas(…)se formó así una categoría de pequeños propietarios que colonizaron e hicieron prosperar la frontera.
Para aclarar la situación: La Gran Bretaña reclamó que Rosas no podía entregarles la tierra a pequeños productores porque estas estaban hipotecadas por Rivadavia al solicitar el crédito de la Baring Brothers.
Desde 1943 comienza a emergen en argentina un nuevo tipo de política agraria, que contrarrestaba lo actuado desde la caída de Rosas en 1852, el campo era dirigido por una minoría la cual manipulaba el trabajo de los pequeños productores, el grande con su potencial económico fijaba la política agropecuaria y muchas veces terminaba ahogando económicamente al pequeño.
El gobierno del General Perón, haciéndose eco de este problema contrarresto tal desigualdad, creando una institución que fijó el precio de la producción para todos iguales, el I.A.P.I. era el encargado de comprar todo lo producido, y distribuía tanto en ventas como en acuerdos bilaterales.
En el gobierno de Perón, “…por imperio de la Ley de Tierras el Poder Ejecutivo ha otorgado por conducto del Ministerio de Agricultura 4.480 títulos de propiedad, permisos y concesiones que benefician a otras tantas familias (…) no hubiese podido realizarse esta acción cuando el gobierno era manejado por una oligarquía de terratenientes o de serviles abogados de intereses extranjeros”. Consejos Doctrinarios. Juan Domingo Perón. Inauguración 85ª periodo ordinario de sesiones. Congreso de la Nación.
Para finalizar quedan las últimas palabras de Perón, expresadas en el mismo recinto anteriormente citado “…los productores agrarios deben continuar por otra parte organizándose en Cooperativas tal como lo he aconsejado en otras oportunidades, eliminando de sus agrupaciones primarias o de segundo grado a los elementos profesionales que los utilizan como instrumento de sus ambiciones personales de carácter económico o político”.
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